Pero cuando necesitó tratamiento por una erupción en la piel, Montalvo no fue a un doctor cerca de su casa en Chula Vista. En cambio, manejó hasta México, unas 16 millas al sur. Su doctora, Cecilia Espinoza, le diagnosticó culebrilla (shingles, en inglés) y le prescribió medicamentos para aliviar el dolor y prevenir complicaciones.
Montalvo, de 64 años, dijo que vino a Tijuana en parte porque le cuesta sólo $15 dólares ver al doctor. No puede usar su seguro para atención médica fuera de California, pero así y todo es más económico porque no tiene que preocuparse por el deducible. Más importante, asegura, es que se siente cómoda con la doctora Espinoza.
“Ella me escucha”, dijo Montalvo, quien es ciudadana de Estados Unidos nacida en México. “Llegué aquí sintiéndome realmente mal, y tres días después me siento mejor”.
Los inmigrantes mexicanos que viven en California, Arizona, Texas y Nuevo México tienen largo tiempo buscando atención médica en ciudades fronterizas como Tijuana, Mexicali y Nogales. La Ley de Cuidado de Salud no cambiará eso, dijeron expertos, aunque haya expandido la cobertura a millones de personas, incluyendo a muchos hispanos.
Se espera que ciudadanos naturalizados y residentes legales continúen viajando para sus chequeos médicos, cirugías menores y cuidado dental, buscando tratamientos menos costosos y una cultura médica menos apresurada. Los doctores hablan su idioma y los pacientes a menudo pueden tener sus citas sin largas esperas.
De hecho, es posible que más residentes de Estados Unidos puedan buscar tratamiento con doctores mexicanos, dijo David Hayes-Bautista, director del Centro para el Estudio de la Salud y Cultura Latinas de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Muchos latinos en Estados Unidos viven en áreas con una cantidad insuficiente de proveedores de salud, y a medida que la nueva cobertura incremente la demanda de atención, la espera por una cita médica podría aumentar y sería más frustante, dijo Hayes-Bautista.
“Si no tienes acceso a cuidado médico, ir a Tijuana puede parecer una alternativa razonable”, expresó.
Algunos de estos pacientes que ahora van a México siguen no teniendo seguro, o trabajan para empleadores en Estados Unidos que ofrecen planes de cobertura que pagan por cuidado médico en México. Otros se han inscripto en el Obamacare para cobertura en caso de emergencias o para evitar la multa, pero enfrentan deducibles o gastos de bolsillo más altos.
“Aún con seguro, a veces puede ser más barato en México”, dijo Steven Wallace, quien es director asociado del centro de la UCLA y ha estudiado por qué los inmigrantes mexicanos buscan cuidado médico en México.
La mayoría de estos pacientes son inmigrantes mexicanos con green card o ciudadanía estadounidense que pueden ir y venir libremente a través de la frontera. Un estudio de 2009 realizado por Wallace halló que cerca de medio millón de inmigrantes mexicanos que viven en California reciben atención médica, dental y prescripciones para medicamentos cada año al sur de la frontera.
Lorena Villanueva, que limpia casas en el condado de Riverside, en California, vino a Tijuana hace poco debido a una crisis alérgica que le causó irritación en la garganta y una erupción en ambos brazos. Villanueva compró un plan a través de Covered California por $150 por mes. Estar cubierta por el seguro que tiene su esposo a través del empleo como vendedor de autos resultaba muy caro.
“Para ser honesta, me gusta más venir aquí, aunque tenga seguro”, dijo. "Allá se pierde dinero y tiempo".
El plan de Obamacare es sólo para emergencias, explicó. Para la mayoría de las otras cosas, Villanueva dijo que continuará manejando 70 millas hasta Tijuana. “Es un viaje largo... pero para mí, vale la pena”, aseguró.
El consultorio médico en donde ella ve a su doctor se encuentra en un edificio de ocho pisos, moderno, a pocos pasos de la frontera y al otro lado de la calle en donde se encuentra la estación de buses. Dos banderas —una estadounidense y otra mexicana— flamean sobre el edificio propiedad de SIMNSA, un plan de salud transfronteriza.
En la puerta, guardias de seguridad vigilan quién entra y una fila de taxis espera para trasladar a los pacientes. Adentro,la clínica está llena de gente que busca chequear su vista, que les lean los resultados de laboratorio, que les arreglen las caries, traten las alergias o vacunen a sus niños.
Con licencia de California y supervisada por el Departamento de Gerenciamiento de Cuidado de Salud del estado, SIMNSA ofrece seguro de salud a empleados de compañías americanas en los condados de San Diego e Imperial. El plan de empleador ofrece beneficios esenciales requeridos bajo la Ley de Cuidado de Salud, dijeron sus administradores.
Los pacientes que no están bajo el plan de empleadores de SIMNSA pueden ir a la clínica y pagar de su bolsillo. O, como Montalvo, pueden pagar una pequeña cuota de membrecía que les permite ver a un médico internista por $15 dólares y a un especialista por $25.
SIMNSA provee cuidado de atención primaria y especializada, terapia física, servicios de spa y farmacia. “Es una parada única”, dijo Christina Suggett, jefa de operaciones.
Suggett explicó que las citas típicamente duran 30 minutos o más y que los doctores no descansan pesadamente en enfermeras o asistentes médicos, lo opuesto a las, a menudo, citas rápidas de Estados Unidos. Los médicos desarrollan vínculos de largo plazo con los pacientes, que vuelven una y otra vez, muchas veces trayendo a su familia.
El oftalmólogo Josué Delgado ha estado atendiendo a Alberto Luna, de 49 años, por muchos años. Luna vive justo cruzando la frontera, en National City, y tiene una póliza de SIMNSA a través de su trabajo en un hotel de San Diego. Luna dijo que nunca tuvo que esperar para ver al doctor Delgado y que el doctor lo trata como a un amigo.
“Nos conocemos por el nombre de pila”, dijo Delgado hablando de Luna.
Ese día, Luna estaba siendo tratado para un seguimiento de una complicación de su diabetes, un sangrado en su ojo. El doctor Delgado explicó que estaba viendo nublado, y que no mejoraba. El doctor le dió a Luna una nota para su jefe para que pudiera pasar unas semanas más en su casa antes de regresar a trabajar. “Asegúrese de descansar”, le dijo a su paciente dándole la mano.
Xochitl Castaneda, director de la iniciativa de salud de las Américas en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California en Berkeley, dijo que las clínicas mexicanas ofrecen algo que no es fácil encontrar en Estados Unidos. “En español decimos calidad y calidez”, dijo. “Cuando se está enfermo, se necesita apoyo médico. También apoyo emocional. Esto es algo que ofrecen los médicos mexicanos”.
Sobre la cuestión de la calidad, no hay una única opinión. Los expertos dicen que algunos hospitales, médicos y clínicas son comparables a los de EE.UU., pero la calidad varía mucho. Algunos estudios encuentran que la satisfacción del paciente con los proveedores mexicanos en general es bueno, mientras que otros han concluido que el cuidado necesita ser mejorado.
Es esa calidez lo que hace que Montalvo regrese a Tijuana, a pesar de su nuevo plan de Covered California. Después de observar el sarpullido de Montalvo, Espinoza le dijo que continuara con la medicación y que volviera en unas semanas. Ella también le dijo que llamara —de día o de noche— si tenía alguna pregunta.
"Está respondiendo a la perfección a la medicación”, le dijo Espinoza a Montalvo. "Estoy feliz".
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