El presidente Joe Biden ha manifestado públicamente que preservará y fortalecerá los mercados de seguros creados por la Ley de Cuidado de Salud a Bajo precio (ACA). Y, al parecer lo hará de la manera más directa: protegiendo el bolsillo del consumidor.
Dos ideas que desarrolló Biden durante su campaña serían el centro de dos cambios que buscarían impulsar la inscripción, para que más personas y familias tengan cobertura médica:
1. Hacer que los estadounidenses de clase media alta sean elegibles para subsidios para pagar las primas en los mercados de Obamacare y
2. Aumentar la ayuda financiera que ya se destina a los beneficiarios de ingresos más bajos.
Estas metas buscan impactar la principal barrera por la cual millones de estadounidenses todavía no tienen seguro de salud: la asequibilidad.
El costo de las primas ha sido un problema consistente desde que Barack Obama lanzó ACA en 2010. Una encuesta de 2018 reveló que al 42% de las personas que buscaban adquirir planes en los mercados de seguros les resultaba imposible solventar el costo de los pagos mensuales.
Muchos se dieron por vencidos y siguen sin tener seguro.
En 2018, el 8,5% de las personas (27,5 millones) no tuvieron seguro médico en ningún momento del año, según datos de la Oficina del Censo.
En 2019, la cifra se elevó a 29 millones, según la Kaiser Family Foundation (KFF). Y claramente aumentó en 2020, en medio de la pandemia y los despidos masivos a causa de la caída de la economía.
Sin embargo, según la misma fuente, la mayoría de las personas sin seguro son elegibles para recibir ayuda financiera para comprar cobertura. Y, de ellas, la mayoría son elegibles para un plan gratuito o practicamente gratuito.
Antes de la pandemia, aproximadamente una de cada cuatro personas sin seguro eran elegibles para Medicaid y otro tercio era elegible para asistencia financiera en los mercados de seguros.
Esto significa que, en total, el 57% de las personas sin seguro podrían haber obtenido ayuda financiera para acceder a la cobertura.
El texto original de ACA limita los subsidios para pagar las primas a los que ganan menos del 400% del nivel federal de pobreza.
En 2021 esto es $51,520 al año para un individuo solo, y $106,000 anuales para una familia de cuatro. Este límite hizo que la cobertura fuera mucho más costosa para aquellos incluso ligeramente por encima de esas ganancias.
Este techo para obtener subsidios no fue una medida caprichosa: se intentó mantener el costo total del plan en $1,000 millones, pero a la vez se empujó una mayor proporción de los costos médicos hacia el bolsillo de los pacientes.
Este escenario mejoraría durante la administración Biden.
El plan que Biden ya había esbozado durante su campaña crearía un nuevo límite (el 8,5% de los ingresos de una persona o familia en contribuciones de primas) para planes de salud de nivel medio.
Este giro en la narrativa de la ley impactaría principalmente a los estadounidenses con mayores ingresos que actualmente no califican para subsidios.
Según expertos en políticas de salud, este plan proporcionaría un alivio económico a las familias que en algunos casos gastan hasta el 20% de sus ingresos en la prima del plan de salud.
Por otra parte, el plan de Biden también beneficiaría a la población de menores ingresos que ya reciben subsidios, pero en donde todavía está el mayor porcentaje de no asegurados.
El nuevo plan ayudaría a este grupo para el que las primas, incluso con subsidios, siguen siendo una carga difícil de sobrellevar. El proyecto de ley reduciría de 4% a 0% el porcentaje que una persona de bajos ingresos pagaría por la prima de su cobertura.
En cualquier caso, habrá que esperar a este año legislativo, con mayoría demócrata, para ver los cambios.
Si no se abren nuevas ventanas de inscripción, federales y estatales, a causa de la pandemia de covid, el próximo período abierto de inscripción para la cobertura de 2022 abrirá el 1 de noviembre de 2021.
Fuentes: CMS, proyecto ACA, NYT, KFF, Oficina del Censo de los Estados Unidos.