El presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva para reabrir los mercados de seguros de salud hasta el 15 de mayo, con la meta de que más personas puedan adquirir cobertura médica.
"Mientras continuamos la batalla contra covid-19, es más crítico que nunca que más estadounidenses tengan acceso a atención médica asequible", dijo la Casa Blanca en un comunicado que anunciaba la orden ejecutiva.
La medida ordena al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) que reabra la plataforma federal de inscripción del 15 de febrero al 15 de mayo.
La opción, por fuera del calendario, ya que los períodos de inscripción desde que se promulgó la ley en 2010 comienzan cada 1 de noviembre, permitirá que millones de personas que perdieron sus seguros de salud al quedarse sin trabajo por la pandemia, puedan acceder a cobertura asequible.
La plataforma es cuidadodesalud.gov (healthcare.gov). En 2021, 30 estados usan esta plataforma, 14 utilizan sus propios mercados (además del Distrito de Columbia), y 6 tienen sistemas mixtos.
La administración Trump se negó sistemáticamente a reabrir los mercados, y había limitado el período abierto de inscripción a 45 días, entre el 1 de noviembre y el 15 de diciembre.
Esta orden ejecutiva es uno de varios pasos que planea la administración para que más personas puedan adquirir un seguro de salud, y para restablecer la solidez y la confianza en la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA, popularmente conocida como Obamacare).
Ya existen lo que se conoce como períodos especiales de inscripción, pero aplican a personas que están experimentando ciertos cambios en sus vidas, como un matrimonio, una mudanza o el nacimiento o adopción de un niño, pero no a la población en general, como en esta oportunidad.
La Casa Blanca informó que la medida se acompañará con una campaña publicitaria para promover estos mercados de seguros y ayudar a las personas a inscribirse.
Será una nueva inyección de dinero para recursos que habían quedado famélicos durante el anterior gobierno, que redujo al mínimo el gasto en publicidad y el dinero para apoyar el trabajo de los navegadores, que ayudan a las personas a inscribirse para tener seguro de salud.
Por esta orden ejecutiva también se ordena a las agencias que vuelvan a examinar:
- Políticas que socavan las protecciones para personas con afecciones preexistentes, incluidas las complicaciones relacionadas con COVID-19;
- Medidas y exenciones bajo Medicaid y ACA que pueden reducir la cobertura o socavar los programas, incluidos los requisitos laborales;
- Pólizas que socavan el mercado de seguros médicos u otros mercados de seguros médicos;
- Políticas que dificultan la inscripción en Medicaid y ACA; y
- Políticas que reducen la asequibilidad de la cobertura o la asistencia financiera, incluso para dependientes.
Como parte de sus revisiones, las agencias considerarán si deben tomar medidas adicionales para fortalecer y proteger el acceso a la atención médica.
En esta misma orden ejecutiva se incluye un memorando presidencial para proteger y ampliar el acceso a la atención integral de la salud reproductiva.
El memorando refleja la política de la Administración Biden-Harris de apoyar la salud y los derechos sexuales y reproductivos de mujeres y niñas en los Estados Unidos, así como a nivel mundial.
En esta orden se rescinde la regla de mordaza global, también conocida como la Política de la Ciudad de México, que prohíbe a las organizaciones internacionales sin fines de lucro que brindan asesoramiento o derivaciones sobre el aborto recibir fondos estadounidenses.
Nuevos subsidios
Dos ideas que desarrolló Biden durante su campaña acompañarían a la orden ejecutiva de reabrir los mercados, y serían el centro de dos cambios que buscarían impulsar la inscripción:
1. Hacer que los estadounidenses de clase media alta sean elegibles para subsidios para pagar las primas en los mercados de Obamacare y
2. Aumentar la ayuda financiera que ya se destina a los beneficiarios de ingresos más bajos.
Estas metas buscan impactar la principal barrera por la cual millones de estadounidenses todavía no tienen seguro de salud: la asequibilidad.
El costo de las primas ha sido un problema consistente desde que Barack Obama lanzó ACA en 2010. Una encuesta de 2018 reveló que al 42% de las personas que buscaban adquirir planes en los mercados de seguros les resultaba imposible solventar el costo de los pagos mensuales.
Muchos se dieron por vencidos y siguen sin tener seguro.
En 2018, el 8,5% de las personas (27,5 millones) no tuvieron seguro médico en ningún momento del año, según datos de la Oficina del Censo.
En 2019, la cifra se elevó a 29 millones, según la Kaiser Family Foundation (KFF). Y claramente aumentó en 2020, en medio de la pandemia y los despidos masivos a causa de la caída de la economía.
Sin embargo, según la misma fuente, la mayoría de las personas sin seguro son elegibles para recibir ayuda financiera para comprar cobertura. Y, de ellas, la mayoría son elegibles para un plan gratuito o practicamente gratuito.
Antes de la pandemia, aproximadamente una de cada cuatro personas sin seguro eran elegibles para Medicaid y otro tercio era elegible para asistencia financiera en los mercados de seguros.
Esto significa que, en total, el 57% de las personas sin seguro podrían haber obtenido ayuda financiera para acceder a la cobertura.
El texto original de ACA limita los subsidios para pagar las primas a los que ganan menos del 400% del nivel federal de pobreza.
En 2021 esto es $51,520 al año para un individuo solo, y $106,000 anuales para una familia de cuatro. Este límite hizo que la cobertura fuera mucho más costosa para aquellos incluso ligeramente por encima de esas ganancias.
Este techo para obtener subsidios no fue una medida caprichosa: se intentó mantener el costo total del plan en $1,000 millones, pero a la vez se empujó una mayor proporción de los costos médicos hacia el bolsillo de los pacientes.
Este escenario mejoraría durante la administración Biden.
El plan que Biden ya había esbozado durante su campaña crearía un nuevo límite (el 8,5% de los ingresos de una persona o familia en contribuciones de primas) para planes de salud de nivel medio.
Este giro en la narrativa de la ley impactaría principalmente a los estadounidenses con mayores ingresos que actualmente no califican para subsidios.
Según expertos en políticas de salud, este plan proporcionaría un alivio económico a las familias que en algunos casos gastan hasta el 20% de sus ingresos en la prima del plan de salud.
Por otra parte, el plan de Biden también beneficiaría a la población de menores ingresos que ya reciben subsidios, pero en donde todavía está el mayor porcentaje de no asegurados.
El nuevo plan ayudaría a este grupo para el que las primas, incluso con subsidios, siguen siendo una carga difícil de sobrellevar. El proyecto de ley reduciría de 4% a 0% el porcentaje que una persona de bajos ingresos pagaría por la prima de su cobertura.
Estas acciones son parte de una serie de órdenes ejecutivas rápidas que el presidente está emitiendo en sus primeros días en el cargo para demostrar que tiene la intención política de cambiar drásticamente la dirección que había tomado la administración anterior en cuanto a la atención de salud.
En la agenda, está la gran meta, para la que se requeriría más que órdenes ejecutivas sino la aprobación del Congreso: el apoyo necesario y los fondos para crear un sistema de salud universal financiado por el Gobierno.
Mientras tanto, con astucia política, Biden ha enmarcado las medidas vinculadas a ACA con la emergencia de la pandemia, básicamente diciendo que cualquier persona elegible para la cobertura de ACA que haya sido dañada por covid podrá inscribirse.
Fuentes: CMS, proyecto ACA, TWP, KFF, Oficina del Censo.