No hay que ser un adulto mayor, un niño pequeño, estar enfermo o sufrir de hipertensión para tener seguro de salud. Todas las personas deben tener cobertura médica, porque una enfermedad pasajera, una lesión, un diagnóstico serio pueden ocurrir en cualquier momento de la vida.
Ni que hablar de la prevención, que ayuda a que los adultos jóvenes se transformen en seniors fuertes y vitales.
Sí, adultos jóvenes, a pensar en los planes de salud de una buena vez. Hay muchas opciones para los menores de 30.
Lo primero que debes saber es que puedes permanecer bajo la cobertura de salud de tus padres hasta los 26 años, una de las decisiones más populares de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA). Para esto, no tienen que declararte como dependiente al hacer los impuestos (ya estás un poco grande para eso), ni tampoco es requisito que vivas bajo su mismo techo.
Incluso si estás trabajando y tu empleador te ofrece seguro de salud, pero te gusta más el de tus padres, puedes quedarte en ese plan hasta los 26.
Por supuesto, si por ejemplo estás estudiando en otro estado, o te mudas por trabajo a otra parte del país, puedes seguir manteniendo ese seguro familiar, pero deberías revisar si la red de médicos y proveedores cubre la región en donde estés viviendo.
Además, hay otras opciones disponibles:
- Puedes comprar un plan por tu cuenta a través del mercado de seguros de salud de tu estado. Todos los planes vendidos a través del mercado deben cubrir beneficios esenciales de salud. Dependiendo de tus ingresos, puedes ser elegible para recibir ayuda para reducir el costo de las primas del plan y/o los costos compartidos.
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- Si tus ingresos están por debajo del 138% del nivel federal de pobreza ($16,753 para una sola persona en 2019), puedes calificar para cobertura de Medicaid. No todos los estados han optado por ampliar la elegibilidad para Medicaid para este nivel de ingresos. Debes consultar con el mercado de tu estado para obtener más información sobre la elegibilidad.
- A los adultos jóvenes menores de 30 años se les debe ofrecer pólizas especiales, llamadas catastróficas, que tienen primas bajas pero deducibles altos. Los subsidios para las primas y los costos compartidos no están disponibles para los planes catastróficos.
- Si eres estudiante, puedes inscribirte en la cobertura de salud estudiantil que ofrezca tu colegio o universidad.
Qué es un plan de salud estudiantil
Las universidades tienen una oferta de cobertura de salud para sus estudiantes. Generalmente es de dos tipos: un seguro estándar con cobertura mínima, y otro que se llama "completamente asegurado", que cubre los servicios establecidos para los planes de salud bajo ACA, desde hospitalizaciones y drogas recetadas hasta servicios de maternidad y rehabilitación.
Ahora bien, si eres un estudiante estadounidense que planea estudiar en el extranjero, también debes pensar en la cobertura de salud.
Aunque a partir de 2019, ya no se deberá pagar una multa por no tener seguro (al menos en la mayor parte del país), todavía es importante tener un plan médico en caso que te enfermes o lastimes, por lo que vale la pena explorar las opciones de cobertura de salud mientras estás estudiando en el exterior.
Qué es un plan de salud catastrófico
Un plan catastrófico es una póliza de salud calificada que se ofrece a través del mercado de seguros, que cubre beneficios esenciales de salud y tiene deducibles altos.
En 2019, bajo la póliza catastrófica, el deducible anual por servicios cubiertos será de $7,900 para un individuo. Luego que alcances el deducible (lo que pagas de tu bolsillo por tu atención médica), el plan pagará el 100% por servicios esenciales de salud cubiertos por lo que quede del año.
Estos planes de salud también se pueden conseguir por fuera del mercado de seguros.
Fuentes: cuidadodesalud.gov, KFF, CMS
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