Siempre se habla sobre el punto G y la dificultad para encontrarlo, no obstante, un ginecólogo de Florida ha logrado lo que parecía imposible.
El Dr. Adam Ostrzenski llevó a cabo una disección de siete horas en el cadáver de una mujer de 83 años, y luego de examinar las distintas capas del tejido que compone las paredes vaginales, el ginecólogo encontró un pequeño cuerpo en forma de racimo.
Puntos clave
- Un ginecólogo asegura haber encontrado un cuerpo en las paredes de la vagina que sería el punto G.
- Por su parte, un ginecólogo italiano asegura que el punto G simplemente no existe.
- Conoce la verdad detrás de algunos mitos comunes sobre la sexualidad femenina.
"Se trata de tejido eréctil, de un tercio de pulgada de largo, ubicado en la pared interior de la vagina, unos 17 milímetros arriba del meato urinario. Durante la excitación, puede endurecerse dando lugar a una pequeña protuberancia, además, sería extremadamente sensible, como el resto de los tejidos eréctiles del cuerpo", explica el Dr. Ostrzenski.
Los hallazgos se publicaron en el Journal of Sexual Medicine, y fueron juzgados por el Dr. Ostrzenski como "La confirmación de la existencia anatómica del punto G, lo que podría conducir a una mejor comprensión de la sexualidad femenina".
El punto G recibe su nombre del ginecólogo Ernst Gräfenberg, y ha sido descrito desde 1980 como una zona con forma de frijol ubicada en el área de la vagina y extremadamente sensible. Sin embargo, la investigación científica no había podido determinar la ubicación exacta de este punto, a tal grado que muchos afirmaron que simplemente no existía.
Para el ginecólogo Christopher Estes, de la Universidad de Miami, estos resultados son interesantes: "Aunque habría que hacer más estudios, puede que se trate en efecto del punto G: la ubicación al frente de la vagina y el hecho de que sea tejido eréctil coincide con lo que sabemos sobre esta parte de la anatomía femenina".
Sin embargo, otros especialistas podría no estar completamente convencidos.
"Aunque muchos pueden sentirse emocionados por el estudio del Dr. Ostrzenski, puede ser que éste tampoco halla encontrado el punto G", comenta el Dr. Irwin Goldstein, editor del Journal of Sexual Medicine, "Este estudio se llevó a cabo en un solo cuerpo, el de una mujer de 83 años, puede ser que lo hallado sea una estructura no relacionada con la estimulación sexual y que incluso no exista en todas las mujeres".
Alejándose del debate, la recomendación de la Dra. Stephanie Buehler, del Instituto Buehler de terapia sexual, es que, sin importar si el punto G existe o no, las mujeres no deben dejar de buscarlo.
"Sin importar la opinión de los especialistas sobre el punto G, las parejas deben seguir buscándolo: puede que con ayuda de nuestra pareja encontremos otros puntos mucho más interesantes en nuestra anatomía", asegura.