Estás en un vecindario desconocido. Es noche oscura, de esas sin luna llena. No importa la dirección en la que camines, siempre pareces estar en el mismo lugar. De pronto ves una silueta, es un hombre, está a una distancia en la que no puedes verle la cara. Comienza a avanzar hacia ti, pero pareces empantanado en el asfalto, no logras moverte, sientes el peso de tus piernas estáticas. Cuando ya está cerca y estira su brazo para atraparte... despiertas sudado.
Tuviste una pesadilla. ¿Es normal?
Muchas veces la pesadilla ocurre una vez, y es un episodio aislado del cual no hay que preocuparse. Pero si estas malas noches se repiten, y causan terror, provocan fuertes reacciones emocionales e incluso afectan la vida diurna, hay que prestarles atención.
Si la pesadilla es recurrente y altera la vida a distintos niveles, la persona puede estar sufriendo lo que ahora los psicólogos definen como Nightmare Disorder.
Habitualmente soñamos unas dos horas por noche, aunque pocas veces recordamos nuestros sueños. Sin embargo, las pesadillas tienen la característica de ser vívidas: nos despertamos y podemos contar en detalle lo que acabamos de sufrir.
El National Institute of Neurological Disorders and Stroke define los síntomas de este trastorno:
- Despertarse varias veces a la noche, recordando la pesadilla en la que, en la mayoría de los casos, hubo sufrimiento físico o psíquico.
- Estar en "estado de alerta" al despertarse.
- No funcionar bien en las actividades cotidianas como el trabajo o la escuela.
- Sentir ansiedad y miedo durante el día, sensación que se acrecienta al llegar la noche.
- No hay otras enfermedades o trastornos que pudieran explicar estos padecimientos.
Las razones por las cuales se pueden tener estas pesadillas a repetición son muchas, pero las principales son la ansiedad y el estrés. Hay medicamentos que tienen el potencial efecto secundario de causar pesadillas, y ciertas conductas disparan el mundo de los malos sueños como el consumo excesivo de alcohol, o el abuso de drogas.
Y eventos traumáticos como la muerte de un ser querido también son disparadores de pesadillas.
Las pesadillas afectan más a las niñas que a los niños, y se incrementan durante la pubertad y adolescencia. Estudios revelan que solo el 1% de los adultos tiene pesadillas que pueden llegar a convertirse en un problema de salud mental.
La National Sleep Foundation ofrece algunos consejos para minimizar el riesgo de sufrir pesadillas. Entre ellos:
- Sigue una rutina cada noche y mañana.
- Trata de dormirte siempre a la misma hora
- Limita la cafeína y el alcohol
- No fumes
- Relájate antes de acostarse
- Haz ejercicio a diario
- Despiértate cuando sale el sol
- Duerme a una temperatura fresca.