El miedo es una de las reacciones más primitivas del ser humano. Desata una catarata física y psíquica, que puede generar una respuesta positiva, se denomina de "huida o lucha", relacionada con la supervivencia, o alienar a la persona y paralizarla.
Hay situaciones reales que producen miedo, un accidente, el momento anterior a dar un examen. Ese miedo es pasajero y ayuda a generar una reacción. Sin embargo, cuando se siente miedo de cosas imaginarias, o escenarios cotidianos, como hablar en público, de forma recurrente, el miedo se puede transformar en algo enfermizo, que altera la mente e interfiere en la vida diaria. Es el momento de hablar.
El miedo irracional y patológico se define como fobia. Hay muchos tipos de fobias, las más frecuentes según la enciclopedia médica ADAM:
- Estar en lugares donde es difícil escapar, como entre multitudes, puentes
- Sangre, inyecciones y otros procedimientos médicos
- Ciertos animales (por ejemplo, serpientes)
- Espacios encerrados, como elevadores
- Volar
- Lugares altos
- Insectos o arañas
- Relámpagos
Los síntomas más frecuentes cuando se presenta una fobia son:
- transpiración
- temblor
- sofocos o escalofríos
- dificultad para respirar
- sensación de asfixia
- taquicardia
- dolor u opresión en el pecho
- náuseas
- mareos
- boca seca
Hay muchos abordajes para controlar estos miedos extremos. Pero terapeutas de distintas escuelas coinciden en que el primer paso para controlarlos es confrontarlos y eso se logra hablando sobre ellos.
Ante el miedo, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) indican: