El litio, una controversial sustancia que está aprobada para el tratamiento del trastorno bipolar, vuelve a la escena de las afecciones cerebrales como una potencial herramienta para prevenir la demencia.
Un nuevo estudio plantea que la exposición al litio podría reducir el riesgo de demencia, en personas de 50 años y más.
La investigación de la Universidad de Cambridge comparó la información médica en las historias clínicas de 548 personas que tomaban litio, especialmente por un diagnóstico de trastorno bipolar, versus 29,070 que no recibían esta medicación. Todas las personas analizadas tenían 50 años y más, y nunca habían recibido litio antes.
Los científicos hicieron un seguimiento de estos pacientes por un promedio de 4.5 años. Entre los que utilizaban litio en sus tratamientos, el 9.7% fue diagnosticado con demencia/demencia vascular/Alzheimer durante ese lapso de tiempo.
Entre los que no tomaban litio, el porcentaje en el mismo lapso de tiempo fue 11.2%.
Considerando todos los factores involucrados en el estduio, los autores del trabajo británico concluyeron que utilizar litio puede reducir hasta en un 44% ek riesgo de demencia.
Qué es el litio
El litio es un estabilizador del humor que opera a nivel cerebral. Se utiliza para el tratamiento del trastorno bipolar o depresión maníaca.
Se utiliza como tratamiento de largo plazo, y requiere de un monitoreo estricto por parte del médico, y análisis de laboratorio periódicos, usualmente una vez al mes, para controlar los niveles de litio en sangre.
Si la persona planea un embarazo, la conversación con el profesional de salud es crítica.
Qué es la demencia
La demencia no es una enfermedad en sí, sino un conjunto de síntomas con los que se designa a distintos trastornos que afectan al cerebro, entre ellos el Alzheimer. De hecho, el diagnóstico de demencia más común.
En los Estados Unidos, casi 6 millones de personas viven con Alzheimer, y se pronostica que la cifra se elevará a 15 millones para 2050. El aumento en la esperanza de vida también acarrea condiciones que ahora deben cuidarse a largo plazo. Esto genera un astronómico gasto en salud: $277 millones, solo en 2018.
En Latinoamérica y el Caribe se estima que cerca de 7 millones de personas desarrollarán demencia para 2030.
Diagnósticos tempranos que permitan predecir la condición y desacelerar el deterioro cognitivo modificarían gran parte de esa cifra.
El deterioro cognitivo ocurre cuando una persona tiene problemas para recordar, aprender, concentrarse o tomar decisiones que afectan su vida cotidiana.
Los adultos mayores, especialmente las mujeres, los hispanos y los afroamericanos que experimentan síntomas de pérdida de memoria, deben someterse a una evaluación por parte de su proveedor de atención médica.
Hacer esto temprano puede ayudar a concentrar los esfuerzos en la atención oportuna de los pacientes y sus cuidadores. También brinda la oportunidad de descartar otras posibles razones de la pérdida de memoria, como los efectos secundarios de los medicamentos, el estrés o las deficiencias de vitaminas.