Al parecer no hay un número mágico. Ya sea que te masturbes una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete veces a la semana, este acto de placer íntimo es normal, en tanto no afecte de manera negativa tu vida cotidiana.
La masturbación se define como la estimulación de los genitales con las manos para sentir placer sexual. En su sitio web, Planned Parenthood usa un viejo chiste para empezar a hablar de esta práctica. "El 80% de las personas se masturban, y el 20% mienten diciendo que no lo hacen".
Quizás se trate del acto más secreto. Las personas no hablan de la masturbación, porque en el imaginario popular se ve como algo "sucio". Sin embargo, es un acto común, que practican no solo las personas solteras, sino las parejas mismas quizás como parte de sus juegos sexuales.
De hecho, tal vez se trate de la forma de sexualidad más segura, porque no hay riesgo de embarazo ni de infecciones sexuales. Expertos agregan que la masturbación es una buena manera de conocer y explorar el propio cuerpo, a la vez que reduce el estrés y, si ocurre un orgasmo, se liberan endorfinas, que son sustancias en el cerebro que atacan distintos tipos de dolor de manera natural.
Aunque siempre que se habla de este tema la imagen que aparece es la de un hombre, la masturbación es un hábito democrático: la pueden practicar hombres y mujeres, jóvenes y adultos, personas de todos los colores y orientaciones sexuales.
Entonces, ¿cuándo puede pasar de ser un pasatiempo inofensivo a un hábito de riesgo?
El doctor Tobías Kohler, urólogo experto en salud masculina de la Clínica Mayo, enumera una serie de señales de que la masturbación empieza a obstaculizar la vida en general, y tal vez la salud.
1. ¿Se está transformando en una compulsión? Si masturbarse comienza a interponerse en tus estudios, tu vida familiar o social, hay que dar un paso atrás y ver qué está pasando. Una consulta médica puede ayudar a clarificar límites para que siga siendo solo un pasatiempo placentero y no un problema. La masturbación no puede transformarse en una obsesión.
2. ¿Te estás lastimando? El roce y presión incesante sobre el pene puede causar pequeñas lesiones en la piel, que cobren el riesgo de transformarse en heridas de cuidado. Una afección más grave es la enfermedad de Peyronie, una acumulación de placa en el pene que puede ser el resultado de ejercer mucha presión al acariciarlo.
En el caso de las mujeres, las lesiones pueden ser intravaginales. El uso de objetos para potenciar el efecto masturbatorio también pueden agregar algo de riesgo. Tienen que estar limpios y guardarse en sus cajas o bolsas originales, para evitar cualquier contaminación.
3. ¿Te peleas con tu pareja por culpa de la masturbación? Muchas personas utilizan estímulos externos para iniciar el estímulo interno. Esto es, revistas eróticas o videos porno. Y, según los expertos, estas conductas pueden causar al menos dos problemas: que tu pareja sienta celos de que necesites algo más para excitarte que no sea él o ella; y que tú mismo, al ver la magia que hacen los actores porno, eleves mucho tus expectativas de lo que puede pasar con tu pareja entre las sábanas. Ambas podrían generar peleas y frustración.
4. ¿No puedes dejar de pensar en tu pene o en tu vagina? Si estás en el medio de una presentación importante en tu trabajo, o en un examen de la facultad, o disfrutando de un nuevo paisaje y solo piensas en el momento en el que puedas estar solo para masturbarte... algo anda mal.
5. ¿Quieres hacerlo menos, pero... no puedes parar? Una señal muy clara de la obsesión o la adicción es cuando la voluntad mental y la voluntad física no se ponen de acuerdo. Si decides masturbarte menos pero tus manos se dirigen hacia el sur sin control, es hora de revisar qué está pasando.
La misma persona debe ser capaz de controlar el hábito para que no deje de estar del lado del placer. Y siempre puede buscar la ayuda de un urólogo o sexólogo para despejar dudas y desterrar mitos. Uno muy común, que si tú y tu pareja están buscando el embarazo, la masturbación diaria pueda limitar las opciones de lograrlo por la calidad del esperma.
Según indica la Clínica Mayo, algunos datos muestran que la calidad óptima del esperma se presenta cuando no hubo eyaculación por dos o tres días. Sin embargo, otros indican que los hombres que tienen un esperma normal mantienen buena motilidad —la habilidad de moverse—y las concentraciones normales incluso con eyaculaciones diarias.
Fuentes: Clínica Mayo, Planned Parenthood, Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland.