El síndrome de Asperger es un trastorno que forma parte del espectro autista (TEA). Es una afección neurológica y del desarrollo. Lo primero porque el cerebro funciona de una manera particular; y lo segundo porque, aunque puede diagnosticarse tarde en la vida, generalmente se detecta en la infancia temprana. Se puede tratar, pero no curar.
El síntoma más característico del Asperger es el interés obsesivo que desarrolla la persona por un objeto o un tema específico. Por ejemplo, en un niño pueden ser los dinosaurios, o los insectos: conocerán todo sobre ellos, y querrán transmitir ese conocimiento a los demás compulsivamente. Las personas con esta afección tienen una nivel intelectual alto, y con el tratamiento adecuado pueden llevar una vida normal.
Otras características de la personalidad Asperger son:
- La necesidad de cumplir con rutinas o rituales repetitivos
- Un alto nivel de vocabulario y patrones de habla formales, aunque las habilidades de comunicación sociales son pobres: básicamente hablarán solo de su tema-obsesión.
- Dificultad para comprender el metalenguaje, por ejemplo las metáforas (a las que tomarán literalmente) o los chistes.
- Comportamiento social inapropiado o excéntrico, y perretas si no se hace lo que se les prometió o está establecido en su rutina. Como si no tuvieran la capacidad de seguir o cumplir con ciertas reglas establecidas por la sociedad porque ejemplo permanecer callados durante un servicio religioso.
- Cierta dificultad o falta de coordinación motora que les impide hacer cosas como, por ejemplo, andar en bicicleta, bailar o practicar un deporte.
Generalmente el camino hacia el diagnóstico y tratamiento comienza en la casa y, si el niño ya está en el sistema escolar, también en el aula, cuando comienza a comportarse o hablar de una forma que parece un poco fuera de los parámetros de "normalidad".
Mientras que hay muchos desafíos de vida que enfrentan las personas con Asperger, incluidos mayores tasas de ansiedad y depresión, sus fortalezas son:
- Enfoque y persistencia notables
- Aptitud para reconocer patrones
- Atención a los detalles y gran capacidad de enfocar en tareas específicas
- Un alto nivel de inteligencia, que muchas veces no pueden aplicar en la vida cotidiana
Estimados de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) indican que 1 de cada 54 niños han sido diagnosticados con un trastorno del espectro autista (no solo Asperger); y hay una aumento de diagnósticos de Asperger en niños de minorías. Se realizan más diagnóstico en niños que en niñas.
Los números pueden no representar un incremento de casos sino un mayor diagnóstico. Hoy en día los padres tienen más información, los pediatras están alertas, y los sistemas escolares ayudan con la detección temprana si el niño muestra señales de Asperger. Pero el diagnóstico debe hacerlo un médico especialista.
Así y todo, ciertas organizaciones consideran que hasta el 50% de los casos de Asperger permanecen sin diagnóstico, y las personas que viven con esta afección llegan a su vida adulta sin recibir un tratamiento que puede mejorar notoriamente su calidad de vida y sus herramientas para enfrentar la adultez.
Tratamiento
El tratamiento para el síndrome de Asperger coordina terapias que abordan sus tres síntomas centrales: las habilidades de comunicación social deficientes, las rutinas obsesivas o repetitivas y las dificultades físicas.
El trabajo multidisciplinario que aborda el lenguaje, la conducta y la habilidad motora es, según los expertos, el mejor camino para ayudar al niño con Asperger. Y coinciden en que cuanto antes se diagnostique y se comience a tratar, mejores serán los resultados.
Un programa de tratamiento eficaz se basa en:
- los intereses del niño,
- un calendario de actividades predecible, y el desarrollo de tareas,
- y un refuerzo constante de las conductas positivas
Con un tratamiento efectivo, los niños con Asperger pueden aprender a lidiar con sus discapacidades, pero aún pueden encontrar desafiantes las situaciones sociales y las relaciones personales. Muchos adultos con este diagnóstico pueden trabajar con éxito y desarrollarse en sus carreras, aunque pueden seguir necesitando estímulo y apoyo moral para mantener una vida independiente.
En este momento hay más de 100 ensayos clínicos en curso, en los Estados Unidos y en otros países, que investigan nuevos tratamientos terapéuticos y farmacológicos para el Asperger.
Fuentes: Autism Speaks, Autism Society, National Institute of Neurological Disorders and Stroke, Asperger/Autism Network, Clinicaltrials.org.