Usualmente cuando las personas hablan de pérdida de memoria, hablan de Alzheimer; esto se debe a que el Alzheimer es la enfermedad neurodegenerativa más común que causa pérdida de habilidades cognitivas y cambios en el comportamiento que interfieren con el desempeño social, es decir causa demencia.
Esta es una de las enfermedades que causa demencia de forma irreversible pero no se presenta de forma súbita, sino que se va desarrollando poco a poco y va aumentando de forma progresiva.
La causa específica de porqué ciertas personas desarrollan la enfermedad hasta presentar síntomas y otras no la desarrollan, no se ha identificado. Sin embargo, se sabe que ciertos cambios genéticos juegan un papel importante en esta enfermedad.
¿Cuáles factores pueden contribuir al desarrollo del Alzheimer?
La edad: personas de edad avanzada (mayores de 60 años) tienen mayor riesgo, aunque también hay casos de personas jóvenes (a partir de los 30 años) que pueden padecer la enfermedad.
Si alguien de tu familia (especialmente familiares directos) tiene la enfermedad, tú también tienes mayor riesgo de padecerla, pero la mayoría de los casos son nuevos sin tener relación con algún vínculo familiar.
Enfermedades como: obesidad, resistencia a la insulina o diabetes mellitus, hipertensión arterial, dislipidemia (o problemas con los lípidos) debido a que éstas pueden afectar el correcto funcionamiento del cerebro.
Hablando de los cambios que se presentan, el Alzheimer se caracteriza por la pérdida (o atrofia) de tejido cerebral en el hipocampo, el lóbulo temporal y en casos más avanzados en los lóbulos parietales y frontal, así como la pérdida de comunicación entre neuronas debido a la destrucción de sus conexiones, se traduce en la presencia de los síntomas clásicos que caracterizan la enfermedad.
¿Cuáles son los síntomas?
Pérdida de la memoria.
Confusión y dificultad para identificar lugares o personas.
Dificultad para realizar actividades rutinarias.
Dificultad con los números, hacer cuentas.
Dificultad para juzgar una situación y poder tomar decisiones.
Cambios de humor y de personalidad, así como sufrir más de ansiedad.
El diagnóstico se realiza en base a pruebas de laboratorio, exámenes de imagen y una revisión clínica que tu médico debe realizar. El tratamiento que se ofrece actualmente tiene como objetivo controlar los síntomas como la depresión o los cambios de humor, pero no ayudan a detener el progreso de la enfermedad.
¿Qué tan rápido avanzan los síntomas?
Es algo que puede variar de persona a persona, hay quienes pueden llegar a un cuadro severo pasados 3 años del diagnóstico y quienes pueden tardar hasta 10 años en presentarlo. Los cuidados que se pueden necesitar para estas personas dependen de la severidad de la enfermedad, pero siempre debe involucrar un trabajo en equipo tanto por parte de la familia como del médico o terapeuta que esté dándole seguimiento a la persona.