Cuando ves a tu hijo estornudar y su nariz está enrojecida, lo primero que piensas es que pescó un resfriado. Si pasan los días y no cede el malestar, podría tratarse de sinusitis bacteriana. Los síntomas son muy parecidos, pero a continuación te explicamos cómo diferenciarlos.
El resfriado común es causado por virus y, en la mayoría de los casos, se manifiesta a través de una molesta secreción nasal, congestión y estornudos. Puede ser que el pequeño afectado también tenga dolor de garganta, tos y dolor de cabeza.
Los virus que producen el resfriado se propagan a través de gotas diminutas gotitas aéreas que se liberan cuando alguien afectado estornuda, tose o se suena la nariz. Es por eso que las guarderías y los colegios son lugares ideales para el contagio: allí los pequeños están muy cerca y es común que se toquen la nariz, los ojos o la boca después de haber tocado algo contaminado, como un juguete o el pestillo de una puerta.
Ahora aclaremos algunos puntos sobre la sinusitis. Cuando los senos paranasales (los espacios llenos de aire en el cráneo) se bloquean o se acumula demasiado moco en su interior, las bacterias y otros microorganismos pueden crecer más fácilmente. Esto ocurre cuando el tejido que recubre estas cavidades se hincha o se inflama como resultado de una infección por bacterias (aunque también puede ser por hongos).
Hay factores que pueden incrementar el riesgo de que un niño presente sinusitis: las alergias como rinitis o fiebre del heno, las adenoides grandes y cambios de altitud (volar, por ejemplo), entre otros. Ir a guarderías también aumenta los riesgos.
Cómo diferenciarlos
Los síntomas de la sinusitis a menudo se presentan después de un resfriado que no mejoró y pueden ser muy similares, como dolor de cabeza, congestión y secreción nasal y dolor de garganta. La Academia Americana de Pediatría explica que es difícil diferenciarlos, pero hay señales diferentes.
Generalmente los resfriados duran de cinco a diez días, comienzan con descarga nasal clara y acuosa que luego se hace más espesa y blanca, amarilla o verdosa. Varios días después, la secreción vuelve a aclararse y se seca.
Cuando hay resfriado la tos es más suave en las mañanas que en las noches, y si se presenta fiebre, esta es de baja graduación y dura un par de días, cuando mucho.
Los síntomas del resfriado por lo común tienen un pico de severidad a los tres o cinco días, luego mejoran y desaparecen alrededor de los siguientes siete a diez días.
En cambio, si el niño tiene una sinusitis bacteriana, es posible que la secreción nasal y la tos duren más de diez días sin que haya mejoría. La secreción es espesa y de color amarillento y la fiebre puede durar hasta cuatro días seguidos. Además, el dolor de cabeza es más severo, se siente detrás o alrededor de los ojos y empeora cuando el pequeño se agacha.
La sinusitis puede causar hinchazón alrededor de los ojos y ojeras oscuras, así como mal aliento persistente. En caso extremos, se pueden presentar vómitos, sensibilidad a la luz e irritabilidad.
Debes estar muy atento a los síntomas. Si notas que hay señales de que la afección de tu hijo es algo más que un resfriado, acude de inmediato al pediatra para que recete el tratamiento adecuado. Cuando se trata de sinusitis bacteriana, lo más probable es que requiera de un antibiótico para poder sanar.
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