¿Llantos en la despedida del jardín? ¿Berinches nocturnos? ¿Sabes que está pasando? Si tu hijo tiene entre 8 meses y dos años puede estar atravesando por una etapa normal del desarrollo infantil conocida como ansiedad de separación. Es un momento en el que los niños se ponen ansiosos cuando se separan del cuidador primario, usualmente la madre.
Desde los 8 a los 14 meses de edad, los pequeños a menudo experimentan miedo cuando conocen personas nuevas o visitan nuevos lugares. Ellos reconocen a sus padres como familiares y seguros, pero cuando se separan de ellos se sienten amenazados e inseguros, señala la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.
La ansiedad por la separación es una etapa normal a medida que el niño crece y se desarrolla. Ayudaba a mantener a nuestros ancestros vivos y ayuda a los niños a aprender a dominar el ambiente que los rodea.
Usualmente finaliza cuando alrededor de 2 años de edad, cuando los niños empiezan a comprender que los padres pueden estar fuera del alcance de su vista en un momento, pero que van a regresar más tarde.
Entender este proceso y contar con algunas estrategias para afrontarlo puede ayudarles, tanto a ti como a tu hijo, a sobrellevar esta etapa.
Síntomas
Según la Clínica Mayo, estar molesto y llorar son los signos clásicos de la ansiedad por separación. También puede haber gritos y berrinches. Durante el día, es posible que tu hijo se niegue a alejarse de ti. Durante la noche, puede despertarse llorando y reclamar por tu presencia.
Entre los 8 y los 12 meses, los niños a menudo sufren el período de ansiedad de separación. Usualmente alcanza su punto máximo entre los 10 y los 18 meses. La mayoría de los niños lo superan a los 24 meses de edad.
Pero algunos niños pueden presentarla más adelante, entre los 18 meses y los 2 años y medio de edad, y hay algunos que nunca llegan a experimentarla. En cambio, en otros algunos acontecimientos vitales estresantes pueden desencadenar sentimientos de ansiedad con respecto a separarse de sus padres, como un nuevo cuidador, el nacimiento de un hermano, un cambio de domicilio o tensiones en casa.
¿Qué hacer?
Estos consejos pueden ayudar a los niños y también a sus padres a atravesar este período, de acuerdo con la Fundación Nemours.
- Intenta no empezar con la guardería o el jardín entre los ocho meses y el año de edad, cuando es más probable que aparezca la ansiedad de separación por primera vez.
- De ser posible, programa el momento de tus salidas para después de las siestas o de las comidas de tu hijo.
- Realiza prácticas de separación con el niño, y, de a poco, preséntale personas y lugares nuevos.
- Crea un ritual de despedida, donde puedas decirle "adiós" a tu hijo de forma agradable y cariñosa, pero también con firmeza y sin vacilaciones.
- Asegúrale que vas a volver y explícale cuánto tardarás en regresar utilizando conceptos que el niño pueda entender.
- Cumple con tus promesas. Esto es fundamental, así tu hijo desarrollará la confianza de que puede sobrellevar ese tiempo de separación.
Trastorno de ansiedad por separación
En algunos niños, la ansiedad por separación es un signo de un trastorno más grave conocido como "trastorno de ansiedad por separación".
Si la ansiedad por separación de tu hijo parece intensa o prolongada, en especial si interfiere en la escuela u otras actividades diarias o incluye ataques de pánico, por ejemplo, es posible que el niño esté sufriendo un trastorno de ansiedad.
Cuando aparece de repente en un niño mayor, podría indicar problemas como el acoso escolar (o bullying) o malos tratos.
Habla con el pediatra de tu hijo si presenta signos como los siguientes:
- Náuseas, vómitos, falta de aliento o dificultades para respirar
- Crisis de ansiedad o ataques de pánico antes de que uno de los padres salga de casa
- Pesadillas relacionadas con la separación
- Miedo a dormir solo, aunque también es frecuente en niños sin ansiedad de separación
- Preocupación excesiva por perderse, ser secuestrado o ir a sitios sin sus padres