Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de dos mil millones de personas el mundo están infestadas por uno o más parásitos, especialmente niños y mujeres embarazadas. Advierte que los parásitos intestinales disminuyen las posibilidades de crecer, desarrollarse y aprender. “Sin embargo, cuando reciben tratamiento pueden mostrar un aumento espectacular de la memoria a corto y largo plazo, así como mejorar su capacidad de razonamiento y de comprensión de lectura”.
De igual forma, un reporte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) asegura que ”los parásitos socavan el desarrollo cognitivo de los niños pequeños. Disminuyen la capacidad de aprender, aumentan la pérdida de memoria y disminuyen los niveles del cociente intelectual. De hecho, se estima que los niños pierden un promedio de 3.75 puntos de cociente intelectual por cada infección por parásitos intestinales”.
Puntos clave
“Algunos de los efectos que pueden tener las infecciones parasitarias intestinales sobre el rendimiento escolar son: irritabilidad y cansancio, generando una repercusión sobre la capacidad intelectual y la atención”, señaló el Dr. Alfredo Morayta Ramírez, médico infectólogo especialista en pediatría.
Morayta Ramírez precisó que “los parásitos intestinales infectan con mayor frecuencia a los niños entre el primer y tercer año de sus vidas, debido a su inmadurez inmunológica y poco desarrollo de hábitos higiénicos. Lo que puede ocasionar diferentes manifestaciones como diarrea de intensidad variable, mala absorción de nutrientes, pérdida de sangre e intolerancia a azúcares y vitaminas, lo que nos puede llevar a una desnutrición”.
¿Cómo se transmite la parasitosis?
El también ex Presidente de la Asociación Mexicana de Infectología Pediátrica, precisó que el mecanismo de contagio varía dependiendo de cada parásito. La transmisión comienza con la presencia de huevos de los parásitos en las heces humanas, consecuencia de hábitos y saneamiento ambiental inadecuados, que contaminan suelos húmedos y cálidos.
La mayoría de ellos se adquieren al ingerir agua o alimentos contaminados con sus quistes o huevos; otros penetran a través de la piel, cuando el niño camina descalzo sobre la tierra o se lleva objetos a la boca. Otros parásitos quedan en las sábanas, en la ropa de cama o en las toallas.
¿Cuáles son los síntomas y signos de la parasitosis?
Los síntomas y signos habituales pueden ser: rechiñido de los dientes por la noche, falta de sueño, picazón en el ano o en la nariz, baja de peso, falta de apetito, dolor de cabeza, decaimiento, palidez, presencia de sangre en heces, dolor abdominal intermitente, diarrea, flatulencia, entre otros.
¿Cómo se previene la parasitosis?
Para Morayta Ramírez las medidas higiénicas son fundamentales para prevenir el contagio de parásitos. Entre ellas:
- Lavarse las manos con agua y jabón antes de preparar las comidas, antes de comer o dar de comer al niño y después de ir al baño o cambiar los pañales.
- Usar agua segura en la preparación de alimentos y en la higiene personal. Se debe tomar agua hervida o clorada.
- Lavar las frutas y verduras con abundante agua a chorro, y cocinar bien las carnes y pescados.
- Mantener los alimentos y depósitos de agua limpios, tapados y alejados de toda contaminación.
- Usar continuamente calzado adecuado porque hay parásitos que pueden entrar por los pies.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la desparasitación de todos los miembros de la familia cuando menos dos veces al año.