Baily O'Neil, un estudiante con honores de sexto grado, de la escuela Darby Township, en Pennsylvania, estuvo involucrado en una pelea escolar hace cuatro semanas, donde fue duramente golpeado varias veces en la cara por un compañero, sufrió la fractura de la nariz y serias lesiones cerebrales.
De inmediato, los padres llevaron a Baily con una conmoción cerebral al hospital A.I. DuPont en Wilmington, Delaware, donde fue tratado y luego dado de alta. Pero al regresar a casa, los padres se dieron cuenta de que algo no andaba bien con su hijo.
Puntos clave
"Dormía más. Estaba de mal humor, no era el mismo y no estaba comiendo realmente bien", dijo Rob Bailey, su padre.
Pocos días más tarde, Baily comenzó a tener convulsiones violentas y fue hospitalizada de nuevo. Su condición se agravó tanto que los médicos se vieron obligados a poner al joven en un coma farmacológico inducido médicamente, a fines de enero.
Sus padres confían en que se recuperará. "Cada día estoy tratando de mantenerme fuerte para él", dijo el padre a WPVI-TV: "cuando estoy en ese cuarto de hospital, me cambiaría de lugar en un santiamén. Es mi amigo, ya sabes."
Detener el flagelo del bullying
En La escuela Darby Township se está realizando una investigación y está cooperando plenamente con la policía. "Nos tomamos en serio la intimidación", declaró un portavoz de la institución. "Estamos muy preocupados por el estado de salud del estudiante y nuestros pensamientos y oraciones están con la familia y los estudiantes."
La violencia juvenil es un tema crítico de la salud pública en Estados Unidos. Según los datos más recientes disponibles, aproximadamente el 20 % de los alumnos de escuelas secundarias denunció haber sido intimidado en la escuela y más del 30 % admitió haber presenciado alguna pelea, informa Centros Para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, su sigla en inglés).
Según la Asociación Americana de Psicología (APA, su sigla en inglés) la intimidación o acoso escolar (bullying) es un comportamiento agresivo intencional, que consiste en un desequilibrio de poder o de fuerza. Además, es repetitivo, y se puede manifestar de forma física, verbal, o social. Si bien los niños pueden intimidar a otros usando medios más físicos, en las niñas el acoso se manifiesta mediante la exclusión social.
Durante años, la intimidación ha formado parte de la vida en el ámbito escolar e incluso en el laboral.
La prevención y erradicación del acoso escolar consiste en el compromiso de crear un ambiente seguro, en el que los niños puedan progresar social y académicamente sin sentir temor, señala la APA.