El sobrepeso y la obesidad, dos afecciones que antes eran exclusivas del mundo adulto, han estado aumentando peligrosamente entre los niños.
Los niños que padecen de sobrepeso pueden desarrollar afecciones que también antes eran propias de la adultez como la diabetes, la hipertensión o el colesterol alto. Para que el menor tenga una infancia saludable, y en consecuencia una vida adulta más sana, los padres pueden poner su enorme grano de arena. ¿Qué pueden hacer en la casa?
Una estrategia de prevención de sobrepeso en niños es mejorar los hábitos alimentarios familiares y de ejercicio en la familia.
Es cierto, parece fácil decirlo. Organizar una dieta sana es mucho más difícil que salir a comer una hamburguesa. Y muchas veces, el restaurante de comida rápida está más cerca que el mercado de productos frescos.
Pero vale la pena el esfuerzo. Un buen comienzo es predicar con el ejemplo, y practicar los mismos hábitos que se le quiere inculcar al niño, entre ellos:
- Comer comidas caseras, con vegetales y frutas.
- Organizar los platos de forma que haya una variedad de carnes, no siempre rojas: pollo, cerdo y pescado.
- Acostumbrar al niño de pequeño a comer legumbres, los frijoles de todos los colores, son poderosos nutrientes.
- Que el agua sea la bebida favorita de la familia. Estudios científicos han comprobado que las sodas no son buenas para la salud y son uno de los principales promotores del sobrepeso.
- Preparar refrigerios caseros, zanahoria picada, uvas, fresas, para no caer en la bolsa de papas fritas. Tener siempre frutas a mano.
- Si la opción del fin de semana es una pizza, evitar los agregados de salame y peperoni, y, de ser posible, reemplazarlo por brócoli. O simplemente queso mozzarella.
- Lo mismo con las pastas, puede ser una salsa liviana con verduras en vez de chorizo.
- Comer comidas bajas en sal. Es importante que el niño no ponga sal extra en las comidas, este hábito lo ayudará a mantener un buen nivel de presión arterial a lo largo de su vida.
- Evitar productos que tienen azúcar agregado, que elevan dramáticamente el número de calorías que consume.
- No comer de más. La frase que indica "comer para vivir y no vivir para comer" también es un aprendizaje. Las porciones moderadas son importantes para mantener un peso saludable.
En cuanto a las opciones de ejercicios, otro de los componentes críticos de un buen peso:
Si el niño no es deportista por naturaleza, de esos que hacen varios deportes, o comienzan a competir en deportes de equipo o individuales desde chiquitos, los padres cumplen aun más un rol de promotores del ejercicio.
- Caminar o andar en bicicleta pueden ser actividades para empezar, que pueden hacer con la familia o los amigos.
- Tener rutinas al aire libre ayudará a que el niño se mueva más. Un picnic semanal con juegos, o una búsqueda del tesoro en el jardín son actividades que promoverán que el niño se mueva sin que siquiera se de cuenta.
- También actividades en casa, que limpie su habitación, ayude por ejemplo a regar las plantas, pasar la aspiradora, no solo impulsa que se mueva, sino que tendrá más habilidades en su vida adulta, cuando viva solo o forme una familia.
Es importante saber que no todos los niños que tienen libras o kilos de más tienen sobrepeso o están obesos.
Algunos niños que hacen mucho ejercicio podrían tener mayor masa muscular, incluso podrían tener un ligero sobrepeso que podría ser de ayuda para su desarrollo óptimo.
en cualquier caso, siempre hay que recordar que las intervenciones tempranas son las que perduran. Los niños seguramente mantengan los hábitos que aprendan a lo largo de su vida. Comerán sano si aprendieron de sus padres a elegir mejor sus alimentos. Seguirán encontrarse con amigos para jugar al fútbol o al baloncesto.
Si te preocupa o tienes duda sobre el peso de tu hijo, tu pediatra podrá revisar cómo ha sido el crecimiento y desarrollo de tu hijo y evaluar parámetros como: peso/talla (estatura), peso/edad, talla/ edad y en qué “percentil" se encuentra en las tablas de crecimiento y desarrollo y analizar el ritmo en que ha ganado peso.
Además considerará su historia familiar, sus hábitos alimentarios, su estado nutricional y podrá determinar si realmente ese exceso de peso es preocupante y requiere un manejo adecuado para evitar complicaciones de salud.
Aunque el estilo actual de vida, el sedentarismo, tiene mucho que ver con el número de niños con sobrepeso u obesidad en la actualidad, los factores genéticos y hormonales son determinantes, por lo que un manejo y tratamientos adecuados son necesarios.
Otros factores de riesgo de sobrepeso u obesidad:
Psicológicos. El estrés puede incrementar el riesgo de sobrepeso y obesidad en niños, creando conductas alimentarias que propicien comer en exceso.
Socioeconómicos. La falta de dinero a veces dificulta el acceso a una dieta saludable.
¿Cómo podría verse afectada la salud de tu hijo si tiene obesidad?
Si el niño tiene sobrepeso u obesidad aumentan el riesgo de ciertas afecciones que antes eran prioridad de los adultos como: diabetes tipo 2, enfermedades coronarias, síndrome metabólico (presión arterial alta, niveles elevados de glucosa, colesterol, triglicéridos, bajo HDL o colesterol bueno y exceso de grasa abdominal).
También el peso puede disparar asma y desórdenes del sueño como la apnea obstructiva.
Ese desbalance del cuerpo que es genera el peso excesivo puede desencadenar el hígado graso no alcohólico, y mayor exposición a fracturas de huesos.
Además la salud emocional del menor puede verse afectada y presentar problemas de autoestima, ansiedad, o depresión, en especial si se ven afectadas sus relaciones y es víctima de acoso o “bullying” en la escuela.
Si el niño se aísla o parece sentirse mal producto del sobrepeso o la obesidad, siempre es bueno pedir ayuda, un especialista guiará al niño, y al padre, a transitar un camino hacia un peso ideal y una vida más sana.
Fuentes: Asociación Americana de Pediatría, USDA, estudios científicos, nutricionista Gloria Rabell.