Las dudas sobre cuál es la mejor manera de acostar a dormir a un bebé persisten. Boca arriba, de lado, en colecho o sobre algún artefacto, hay mil teorías y recomendaciones sobre la seguridad de los recién nacidos que no necesariamente son correctas y, peor aún, pueden traer riesgos. Veamos qué dicen los expertos.
Las estadísticas del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver (NICHD, por su sigla en inglés) indican que cada año mueren de forma súbita unos 4,000 bebés en Estados Unidos. Según la Academia Americana de Pediatría estas muertes inesperadas ocurren mientras los pequeños duermen a causa del síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), asfixia o estrangulamiento accidentales.
Uno de los errores más comunes es poner al bebé en posicionadores para dormir, como cojines, almohaditas anti vuelcos o “nidos” (nests). La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) no recomienda estos productos y los cataloga como peligrosos porque pueden causar asfixia y provocar la muerte, pues muchos tienen soportes elevados o una cuña para levantar la cabeza del niño o estructuras blandas.
La agencia advierte a padres y cuidadores que algunos fabricantes han comercializado sus posicionadores como productos capaces de prevenir el SMSL, el reflujo gastroesofágico (el ácido del estómago retrocede hasta el esófago) o la plagiocefalia (una deformación causada por presión sobre una parte del cráneo). Pero lo cierto es que no los han autorizado porque no hay pruebas científicas sólidas que respalden tales afirmaciones (sólo algunos pueden evitar el reflujo y el síndrome de cabeza plana).
En los registros del gobierno federal hay casos de bebés que han muerto asfixiados por causas relacionadas con los posicionadores: se asfixiaron al girarse sobre su costado y quedar boca abajo. También han ocurrido muertes de pequeños que acostaron boca arriba o de lado en estos artilugios y luego fueron encontrados en otras posiciones.
¿Colecho? Tampoco
Una práctica en auge (y muy recomendada en redes sociales) es hacer colecho. La AAP recomienda compartir la habitación con el bebé durante los primeros 6 meses, incluso el primer año, pero no en la misma cama para evitar posibles asfixias: puede ser provocada por alguna cobija o porque uno de los padres se quede dormido y lo aplaste.
Sea una cuna, un moisés o un corral, puedes ponerlo a un lado de tu cama para vigilar de cerca a tu bebé mientras duerme. Esta medida tan sencilla puede reducir el riesgo del SMSL hasta en 50% y facilitará darle de comer o calmarlo cuando llore.
En cambio, se debe evitar compartir la misma cama, especialmente, si el bebé es menor de cuatro meses, nació prematuro o tiene bajo peso, si la superficie de es blanda o hay almohadas o mantas. Tampoco se recomienda si los padres son fumadores (aunque no lo hagan en la cama), si la madre fumó durante el embarazo, tomó alguna bebida alcohólica o está recibiendo algún medicamento que le cause somnolencia.
¿Qué hacer entonces?
Hasta que cumpla el primer año, tu bebé debe dormir boca arriba. Es en esta posición que tiene menos probabilidades de morir debido al SMSL y de sufrir asfixia o atragantamiento porque la anatomía de sus vías respiratorias y su reflejo nauseoso podrán evitarlo (incluso si tiene reflujo debe dormir así). Si se acuesta de lado, se puede voltear con más facilidad sobre su estómago.
Además de cuidar la posición, la superficie donde duerma debe ser firme y estar vacía, sin mantitas, juguetes, almohadas, sábanas, ni ningún otro objeto blando y con las sábanas bien puestas. El sitio de dormir puede ser una cuna de colchón firme, un moisés o un corral que cumpla con los requisitos de la Comisión para la Seguridad de Productos de Consumo (CPSC, por su sigla en inglés).
Para mantenerlo caliente basta con vestirlo de forma adecuada, en lugar de cubrirlo con cobijas. Y nunca lo dejes dormir en un sofá, sillón, silla o butaca: estos lugares son sumamente peligrosos.
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