En los últimos años diferentes investigaciones encontraron que la caída de cabello prematura, es decir, a partir de los 20 años, podría asociarse con algo más que estrés o problemas de autoestima. Investigadores coincidieron que esa condición estaría relacionada a un mayor riesgo de padecer cáncer de próstata, aunque, estudios recientes parecen contradecir esa información. Aquí repasamos la evidencia disponible.
La alopecia, que comúnmente suele utilizarse como sinónimo de calvicie, es la pérdida anormal de cabello. Si bien suele afectar al cuero cabelludo, puede ocurrir en otras zonas con vello, como la barba, zona genital, axilas, pestañas o cejas.
Existen diferentes tipos, como la alopecia traumática, producida por peinados tensos, rose constante o tricotilomanía (hábito nervioso de arrancarse el pelo), areata, por procesos autoinmunes, o la difusa. Sin embargo, la más común (corresponde al 90% de los casos) es la androgénica.
En este tipo de alopecia es importante la testosterona, ya que puede convertirse en dihidrotestosterona (DHT), un andrógeno que actúa sobre la piel y el cuero cabelludo, causando entre otras cosas, la aparición de vello en ciertas zonas del cuerpo, como el pecho, pero también la caída en la zona del cuero cabelludo.
La DHT también estimula el crecimiento de las células prostáticas, especialmente durante la adolescencia, aunque también contribuiría a la hiperplasia prostática benigna, el agrandamiento de la próstata asociado con la edad que puede provocar problemas para orinar.
Esta asociación fue el disparador para que muchos investigadores comenzaron a estudiar posibles vínculos entre la calvicie y un mayor riesgo de cáncer de próstata.
La calvicie y el cáncer de próstata
Un estudio publicado en Annals of Oncology en 2011, analizó a 669 pacientes (388 con antecedentes de cáncer de próstata). Se les pidió a todos que calificaran su patrón de calvicie a las edades de 20, 30 y 40 años, para luego realizar una comparación estadística entre los diferentes grupos. Los resultados arrojaron que los pacientes con cáncer de próstata tenían el doble de probabilidades de tener alopecia androgénica a los 20 años.
El autor del estudio, el doctor Philippe Giraud, del Hospital Europeo Georges Pompidou en París, resaltó que "es necesario un método para identificar a aquellos hombres que tienen un riesgo alto de desarrollar esa enfermedad [cáncer de próstata]". Y si bien advirtió que el patrón de caída del cabello no fue un factor predictivo del desarrollo de cáncer, sus resultados podrían ser útiles para identificar pacientes que deban realizarse exámenes de detección.
Otro trabajo que estudió este vínculo fue el publicado en Journal of Clinical Oncology en 2015. El equipo de investigación analizó a más de 39 000 hombres mayores de 45 años que tenían calvicie, y relacionó el tipo de alopecia con los resultados de quiénes habían desarrollado cáncer de próstata durante el estudio.
En este caso, hallaron que la calvicie no está necesariamente relacionada con el cáncer de próstata, aunque aquellos que desarrollaron calvicie frontal más una moderada pérdida de pelo en la coronilla, tenían más probabilidades de desarrollar un tipo de cáncer más agresivo, en comparación a los que no tenían calvicie.
No son todas malas noticias
Contrario a las investigaciones anteriores, existen estudios que dieron con resultados prometedores. Por ejemplo, tras comparar a 999 hombres de 35 a 75 años diagnosticados con cáncer de próstata con 942 sin cáncer, un trabajo publicado en Cancer Epidemiology concluyó que aquellos que tenían una calvicie de inicio temprano, es decir, aproximadamente a los 30 años, mostraban un riesgo 29% menor de desarrollar cáncer de próstata.
Leonard Lichtenfeld, subdirector médico de la Sociedad Estadounidense Contra el Cáncer, revisó estos hallazgos para WebMD y afirmó "El viejo pensamiento es que cuanto más calvo, mayor es el riesgo de cáncer de próstata. Ese vínculo estaba asociado con los niveles de testosterona, y se pensaba que tanto la calvicie como el cáncer de próstata eran sensibles a los niveles hormonales". Aunque el experto desconoce a que se debe este menor riesgo, aseguró que "siempre hay que estar dispuesto a buscar nuevas pruebas".
Otro caso similar se dio con la revisión de 15 estudios que analizaron los vínculos entre la calvicie y el cáncer de próstata, publicada en Medicine en 2018. Los autores aseguraron que, aunque las personas con calvicie de vértice pueden tener un mayor riesgo de cáncer de próstata, no se identificó una asociación estadísticamente significativa entre la calvicie (cualquiera sea el patrón) y el riesgo de cáncer de próstata.
Actualmente, la testosterona y DHT continúan alzándose como las principales sospechosas en la relación entre la calvicie y el cáncer de próstata, sin embargo, los especialistas necesitan continuar investigando las causas de esta relación, por lo que no existe motivo para creer que la pérdida de cabello en sí sea dañina para la próstata, aunque no está de más conocer factores de riesgo para este tipo de cáncer:
- Edad: el riesgo de padecer cáncer de próstata aumenta con la edad, especialmente después de los 50 años.
- Antecedentes familiares: quienes tienen parientes cercanos que desarrollaron cáncer de próstata son más propensos a padecerlo.
- Ser obeso.
Puedes prevenir el cáncer de próstata llevando un estilo de vida saludable, que incluya una alimentación rica en frutas, vegetales, semillas, y granos, hacer ejercicio regularmente y realizar controles médico con frecuencia.
Fuentes consultadas: Annals of Oncology, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Cancer Epidemiology, Clínica Mayo, Instituto Nacional del Cáncer, Journal of Clinical Oncology, Medicine.