El 3 de abril, cuando la pequeña nació y sus padres recibieron la terrible noticia de que había fallecido “por causas desconocidas”, fue trasladada a la morgue del hospital y allí pasó sus espantosas primeras 12 horas de vida.
Es una historia que conmovió al mundo: se trata de una beba nacida con seis meses de gestación y que sólo pesaba 780 gramos. Cuando sus padres quisieron verla para guardar un recuerdo de su carita y fueron a la morgue, recibieron el terrible shock de que en realidad estaba viva, aunque se encontraba en condiciones muy delicadas.
Puntos clave
A pesar de que sigue internada en la sala de terapia intensiva neonatal, las cosas han cambiado mucho y los padres comienzan a abrigar esperanzas en lo que respecta a la recuperación completa de Luz.
A su madre, Analía Bouter, ya le permiten alzarla y besarla cada tres horas. Y toma la leche materna a través de una sonda. Los médicos estiman que por lo menos pasarán otros dos meses para que la beba pueda dejar el hospital.
"Es una leona. Lucha cada día por salir adelante. Luz es muy dulce. Le encanta estar en contacto conmigo. Fija la mirada, se ríe", comenta Analía. "No puedo creer que hace un mes aquí me dieron la peor noticia. Y ahora, el milagro es real y está entre nosotros: mi hija está viva", dice.
Los padres creen que hubo negligencia médica, pero también sienten que están frente a un milagro. "Hubo negligencia. No sé si mi hija estuvo muerta y resucitó, o si siempre estuvo con vida. El milagro es que, a pesar de la negligencia, hoy Luz esté con nosotros" dijo emocionada la mamá de la pequeña.