Da igual vivir en Baltimore, Beijing, Nairobi o Nueva Delhi. El inicio de la adolescencia desencadena un conjunto común de expectativas de género rigurosamente impuestas vinculadas al aumento de los riesgos de durante toda la vida, desde el VIH, la depresión hasta la violencia y el suicidio.
Esa es la conclusión del Global Early Adolescent Study, investigación realizada en 15 países y en colaboración entre la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg y la Organización Mundial de la Salud (OMS), que fue publicada como una colección de artículos en el Journal of Adolescent Health.
Expertos en salud pública a nivel mundial han colaborado para conocer cómo una variedad de estereotipos de género impuestos culturalmente durante mucho tiempo, asociados con un mayor riesgo de problemas de salud mental y física, se vuelven firmemente arraigados entre los 10 y los 14 años.
"Encontramos que los niños a una edad muy temprana, desde las sociedades más conservadoras a las más liberales, rápidamente interiorizan este mito de que las niñas son vulnerables y los niños son fuertes e independientes", destaca el director del 'Global Early Adolescent Study', Robert Blum, profesor en la Universidad Johns Hopkins.
Las "protección" para las niñas
Durante cuatro años, los investigadores entrevistaron a 450 niños de entre 10 y 14 años de Bolivia, Bélgica, Burkina Faso, China, República Democrática del Congo, Ecuador, Egipto, India, Kenia, Malawi, Nigeria, Escocia, Sudáfrica, Estados Unidos y Vietnam.
Las restricciones basadas en el género racionalizadas como "protegiendo" a las niñas en realidad las hacían más vulnerables haciendo hincapié en la sumisión, señala el estudio. Estos estereotipos dejan a las niñas en mayor riesgo de abandonar la escuela o sufrir violencia física y sexual, matrimonio infantil, embarazo temprano, VIH y otras infecciones de transmisión sexual.
Tanto en Nueva Delhi como en Shanghai, los varones mencionaron que se les animaba a pasar tiempo fuera del hogar en una exploración sin supervisión de su entorno, mientras que las niñas dijeron que se les recomendaba quedarse en casa y hacer tareas.
Los varones no salen ilesos
Pero los investigadores señalan que los chicos no salen ilesos. Los estereotipos que aprenden en la adolescencia temprana, el énfasis en la fuerza física y la independencia, los hacen más propensos a ser víctimas de violencia física y al abuso de tabaco y otras sustancias, así como a los homicidios. Además, cuando los investigadores examinaron las actitudes acerca de los roles de género entre los jóvenes adolescentes en China, India, Bélgica y los Estados Unidos, encontraron una creciente aceptación de las niñas sobre temas de género, pero una tolerancia casi cero para los niños.
En los cuatro países, parecía ser cada vez más aceptable -en distintos grados- que las niñas se involucraran en ciertos comportamientos estereotípicamente masculinos, como usar pantalones, practicar deportes y seguir carreras. Pero los investigadores afirman que "los chicos que desafían las normas de género por su vestimenta o comportamiento fueron considerados por muchos encuestados como socialmente inferiores". Tanto los niños como las niñas dijeron a los investigadores que las consecuencias para los niños que adoptaban comportamientos femeninos, variaba desde sufrir intimidaciones y burlas hasta ser agredido físicamente.
"El cambio puede ocurrir, pero requiere voluntad política y una variedad de intervenciones. También requiere el conocimiento de que los niños aprenden sobre estos estereotipos de género a una edad muy temprana y que juegan un papel, a menudo perjudiciales, para el resto de sus vidas", dijo Blum.