A Jennifer Lawrence, la actriz de las cintas de Los Juegos del hambre, su estómago le hizo una mala broma, pues antes de acudir a un importante evento, un intenso malestar estomacal se hizo presente, lo que le hizo temer lo peor. No obstante, al final se trató de un asunto de flatulencias.
Puntos clave
- La actriz pensó que tenía una úlcera.
- Por lo que fue al hospital.
- Al final todo se trató de flatulencias.
Durante el programa de David Letterman la estrella se sinceró en él y dijo que había presentado fuertes calambres y dolores de estomago, pero tras ir con un doctor, encontró que detrás de todo esto habían muchos gases.
“Tuve un dolor horrible por al menos tres semanas y me asustaba la idea de ir a una sala de emergencias, hasta que uno debe admitirlo: ok, tengo que ir al hospital”, comentó.
Y es que también las estrellas emiten gases. De hecho, la mayoría de las personas expulsan gases entre 13 y 21 veces al día, de acuerdo con el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales.
Clínicamente existen varios tipos de gases. Los que son eliminados por la boca se llaman eructos, mientras que los que salen por el recto se les conoce como flatulencias.
Cuando un gas se encuentra en las vías intestinales tiene dos orígenes: el aire que se traga y la descomposición de la comida no digerida por las bacterias en el intestino grueso.
Y si hay que echarle la culpa a alguien sería a los alimentos y a algunos hábitos como fumar. Está comprobado que los frijoles, verduras como el brócoli, coliflor, repollo, cebollas, champiñones, frutas como peras, manzanas y duraznos, bebidas gaseosas, así como los caramelos y gomas de mascar sin azúcar podrían hacer que te desinfles todo el día.
Aunque no lo creas la mayoría de los gases no tienen olor, pero al combinarse con el sulfuro que emiten las bacterias provenientes del intestino hacen que la sensación ante el olfato sea desagradable.
Probablemente Lawrence no lo sepa, pero puedes evitar la cantidad de gases que emites al día. Esto puedes lograrlo:
- Tomando mucha agua.
- Comiendo más despacio.
- Evitando productos lácteos, sobretodo, si tienes intolerancia a la lactosa.
Algunos medicamentos pueden ayudar a reducir la cantidad de gas o de dolor e hinchazón que causa el gas. Pero si los síntomas todavía son molestos, consulta con tu proveedor de cuidados de salud.