“Voy a lograr mi objetivo, pero José Miguel jamás será tuyo, Valentina, cueste lo que cueste”. Esta y otras frases similares acompañaron a lo largo de cada capítulo a Ivana Dorantes Rangel, la malvada de “Soy tu dueña” interpretada por Gabriela Spanic. El personaje fue casi sacado de un manual de psiquiatría porque destiló lo que los psiquiatras llaman “síntomas de psicopatía”.
Desde su voz aniñada hasta sus gestos inocentes, cada palabra y cada gesto de Ivana tuvieron una meta oculta. Decidida a utilizar su seducción como arma, ajena a la culpa y totalmente inconsciente de las consecuencias de sus actos, Ivana delineó un rasgo perfecto del psicópata: la falta de remordimiento.
Puntos clave
Los expertos explican que el psicópata utiliza a las personas como si fueran objetos, y eso es exactamente lo que hizo Ivana, especialmente con Isabel, su madre (Silvia Pinal) y con Benita (Ana Martín). Lo intentó con José Miguel y con Alonso, pero su suerte fue errática. Los psicópatas enfocan en una obsesión. Y, en el caso de Ivana, esta obsesión fue Valentina (Lucero) a quien buscó hasta el final arrebatarle el amor de José Miguel (Fernando Colunga).
En la vida real, casi siempre tienen un aliado al que también utilizan, que, en la ficción, fue Rosendo (Sergio Goyri). Solitarios, rencorosos, egocéntricos, enfocados en satisfacer su propio placer e intereses… ¿todo encaja con Ivana, verdad?
Según explica el doctor Robert Hare, experto en psicología criminal, algunos de los síntomas más relevantes que definen a una personalidad psicópata son:
- Encanto superficial y capacidad de convencer con la palabra
- Autoestima exagerada
- Tendencia a aburrirse fácilmente
- Falta de culpa
- Vida sexual promiscua
- Crueldad e insensibilidad
- Falta de metas realistas
- Comportamiento irresponsable
- Estilo de vida parasitario (dependiendo de otros)
- Actitud impulsiva
Ivana concentró cada una de estas características, como lo han hecho malvadas tan memorables, que de simples villanas pasaron a ser verdaderas psicópatas.
Hoy, Spanic pasa a ocupar un lugar en el universo de estas malditas candidatas a chalecos de fuerza como fueron, entre tantas otras: Bárbara Greco (Lucero en “El mañana es para siempre”); Bertha de Aragón (Diana Bracho en “Fuego en la sangre”) o Catalina Creel (María Rubio en “Cuna de lobos”).