El conductor de 40 años Juan José Peña tuvo que recurrir a un injerto de piel en la nariz luego de sufrir un cuadro de necrosis en dicha zona debido a un tratamiento que le fue administrado.
Puntos clave
- El conductor sufrió una necrosis debido a una inyección administrada por un doctor.
- El actor llegó a pensar que podría perder la nariz.
- Debido a este problema recurrió a un injerto de piel.
Juan José Peña, el hijo de la fallecida actriz Kippy Casado, vio cómo se desmoronaba su carrera artística cuando en 2012 se le desfiguró la nariz, a causa de una inyección suministrada durante una cirugía.
Ahora, un año después, el presentador tuvo que someterse a un injerto de piel, con tejido tomado de su brazo y las cosas parecen ir bien. El mexicano se siente más entusiasmado y ha recobrado la autoestima.
“Me veo renovado, y lo mejor es que me siento bien; la primera operación (noviembre de 2012) que me provocó la necrosis de piel, me lastimó en lo laboral y emocional. Sé que pronto voy a trabajar en la televisión, pues ya estoy recuperando mi carrera”, comentó Peña a la revista TV Notas.
Hablar de necrosis es tratar un tema delicado. De acuerdo con la explicación de la Biblioteca Nacional de Medicina, se trata de la muerte de tejido corporal cuando no llega suficiente sangre, ya sea por una lesión, radiación o sustancias químicas.
Ante esto, lo peor puede llegar cuando hay áreas considerables de muerte tisular debido a la falta de sangre. A esta afección se le denomina gangrena.
Y aunque la necrosis es irreversible, los médicos encontraron la solución para el problema del artista: un injerto de piel, el cual consiste en colocar un parche cutáneo que se extrae quirúrgicamente de un área del cuerpo y se transplanta o pega a otra área.
Para poder hacer este procedimiento generalmente se aplica anestesia local y luego se toma piel sana del cuerpo, conocida como sitio donante. A la mayoría de las personas que se someten a un injerto de piel les practican un injerto de piel de grosor parcial, en donde se toma piel de dos capas cutáneas superiores del sitio donante (epidermis) y de la capa por debajo de la epidermis (dermis).
Ante esta operación Juan José Peña tuvo que atenerse a ciertos riesgos, por ejemplo, sangrado, dolor crónico, infección, pérdida de piel injertada, reducción, pérdida o aumento de la sensibilidad cutánea, cambio de color de la piel y superficie de ésta desigual. Por fortuna, la operación practicada a Peña, tuvo éxito y al momento, él se encuentra tomando tratamiento.
“El doctor me mandó comprar un medicamento, para cuidarme la piel en esta etapa. Él dice que con el tiempo la cicatriz se me irá quitando, y será menos visible. Eso me hace estar contento”, agregó.
No obstante, pese a que ya se siente mejor, en un momento sintió que el mundo se le venía encima, pues llegó a temer que podría perder la nariz. Ante eso, ha emprendido acciones legales en contra del médico que le provocó este problema.
“Ya se realizó la primera cita, fue el abogado del doctor a comparecer, y ahorita estamos en el proceso de ver qué respuesta daremos. Lo único que buscamos es lo justo, ni más ni menos...Como ser humano, no me interesa perjudicarlo, aunque sí me hizo un gran daño...Confieso que sí me hizo perder varios contratos (de trabajo)”, finalizó.