Investigadores de la Universidad de Virginia encontraron que la recesión "había intensificado" el compromiso con el matrimonio para el 29 por ciento de las personas encuestadas. Entre los que pensaban divorciarse antes de la crisis económica, el 38 por ciento dijo que optaron por seguir juntos, al menos de forma temporal, debido a la depresión económica.
"Ante un trauma importante, en este caso financiero, algunas personas se ven perjudicadas de maneras que tienen un efecto de larga duración", apuntó Bradford Wilcox, profesor de Sociología y director del Proyecto Nacional de Matrimonio de la universidad. "Otras personas tienen más capacidad de adaptación y se hacen fuertes. Creo que es lo que está pasando aquí con el matrimonio".
Puntos clave
Entre diciembre de 2010 y enero de 2011, los investigadores encuestaron a una muestra representativa de 1.197 estadounidenses casados de 18 a 45 años. El cinco por ciento dijo que había pensado en el divorcio antes del desplome de la economía en 2008.
Se desconoce exactamente cómo se salvaron muchas relaciones, pero lo cierto es que la tasa de divorcio en el país bajó un 7 por ciento entre 2006 y 2009, apuntó Wilcox.
Las dificultades financieras se han generalizado, encontraron los investigadores, ya que cerca de un tercio de los participantes se preocupaba "a menudo o casi todo el tiempo" por el pago de sus facturas. Los problemas con las ejecuciones hipotecarias y los pagos mensuales de las viviendas afectaron al 12 por ciento de los participantes.
El desempleo, los recortes salariales o la reducción de horas de trabajo afectaron al 29 por ciento, según la encuesta. Más de la mitad tenían al menos uno de estos problemas financieros y el 20 por ciento informó que tenía dos o tres.
"Pero el lado positivo es que parece que ha profundizado los lazos entre sí y con el matrimonio para muchas parejas”, apuntó Wilcox.
Como era de esperar, aquellos que resisitieron la embestida de la recesión con poco o nada de estrés financiero informaron que tenían matrimonios más felices que los que tenían varios problemas financieros, el 43 por ciento frente al 27 por ciento.
Para evaluar el riesgo de divorcio, los investigadores midieron las respuestas sobre la probabilidad de ruptura, en una escala del uno al diez. Aquellos que respondían cinco o más se consideraban de alto riesgo.
Entre las parejas que sintieron que la recesión había fortalecido su matrimonio, el 5 por ciento estaba en alto riesgo de divorcio, en comparación con una cuarta parte de los que estaban en desacuerdo con esa afirmación, apuntaron los investigadores. Hoy día, cerca del 42 por ciento de los primeros matrimonios terminan en divorcio, señaló Wilcox.
La encuesta también sugiere que la educación y la religión contribuyen a que el matrimonio sea exitoso. Los graduados universitarios eran menos propensos a decir que la recesión les afectaba financieramente que los que no tenían educación universitaria, y también tenían la mitad del riesgo de divorcio (7 por ciento) en comparación con los que no tenían educación universitaria (14 por ciento).
De forma similar, una cuarta parte de las parejas que asistían con regularidad a servicios religiosos informó tener menos estrés económico relacionado con la recesión en comparación con el 31 por ciento de los que no tenían ningún vínculo religioso. Las parejas religiosas también eran más propensas (44 por ciento) que otras (35 por ciento) a informar que tenían un matrimonio feliz.
E. Jeffrey Hill, profesor asociado de vida familiar de la Universidad Brigham Young en Provo, Utah, apuntó que todo el mundo sabe que los problemas económicos afectan a los matrimonios. Sin embargo, "es la forma como se maneja el estrés y no los problemas económicos en sí”, lo que presagia el divorcio, destacó.
Hill y Wilcox señalaron que la religión organizada había sido relacionada en una investigación anterior con vínculos matrimoniales más fuertes. El apoyo y el "aspecto social" implicado en asistir a los servicios religiosos es importante para ayudar a las parejas a mantenerse unidas, sugirió Wilcox.
"Es importante que las parejas que tienen dificultades financieras recurran a los miembros de la familia y amigos, y a otras instituciones para obtener cierto apoyo en lugar de tratar de manejarlos por su cuenta", señaló Wilcox.
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