“Es un parto”, se suele decir cuando se quiere explicar una situación dolorosa o traumática. El parto representa uno de los dolores más intensos que puede experimentar una mujer, pero al parecer algunos se cuestionan si es realmente así.
Los jóvenes holandeses Dennis Storm y Valerio Zeno, que conducen el programa de televisión "Proefkonijnen" ("Conejillos de indias", en español), quisieron probar si era cierto lo que se decía sobre los terribles dolores de parto. Y así, hicieron el simulacro frente a las cámaras de BNN Network.
Puntos clave
A ambos voluntarios se les colocó, en una clínica de Amsterdam, parches autoadhesivos en la zona media del abdomen, para realizar descargas eléctricas y provocar una contracción muscular intensa similar a la del trabajo de parto. Al principio bromearon, intentaron subestimar la situación y simularon estar doloridos, pero finalmente terminaron aullando de dolor, y uno de ellos tuvo que inhalar un gas sedante.
Al rato intentaron adoptar distintas posiciones para poder soportar el dolor: acostados boca arriba o boca abajo, de costado, sentados o parados, pero no encontraron el modo de tolerar la frecuencia y la intensidad de las descargas eléctricas. A las dos horas pidieron que se les quitaran los electrodos para terminar el experimento, al que describieron como ” lo más cercano a una tortura”.
Para quitarle un poco de dramatismo al momento, les ofrecieron un plato con galletitas… y un falso bebé envuelto en una manta, al que uno de ellos recibió con un beso. "Después de esto, no se si me atrevo a dejar embarazada a mi esposa", admitió uno de los participantes.
No es el primero
No es el primer caso de un hombre que quiere conocer los dolores de parto. El doctor Andrew Rochford hizo una experiencia similar para el show australiano “What’s Good For”. Luego de recibir un “tratamiento” similar con electrodos que simulaban la intensidad y la frecuencia de un parto real, concluyó que los hombres no tienen idea lo que es el dolor. “Las mujeres son las ganadoras", concluyó.
El trabajo de parto es doloroso por las contracciones musculares y por la presión que ejerce el bebé sobre el cuello uterino. Pero según la mayoría de las mujeres, lo que lo hace más molesto no es cada contracción en sí, sino el hecho de que son constantes y se dan con más frecuencia a medida que avanza el trabajo de parto, y no hay ocasión de relajarse. Según la Clinica Mayo, una labor de parto normal puede llegar a durar entre 4 y 8 horas.