Los bebés nacen para amar y vincularse

Independientemente de la manera de cómo ocurrió la concepción o el embarazo, si fue un bebé deseado o no, si se planificó o no el embarazo. 

Los bebés vienen con una disposición natural a vincularse, a interaccionar, a amar y ser amados.

Los bebés nacen para amar y vincularse
Los bebés nacen con una disposición natural a vincularse | Foto: GETTY IMAGES

La relación con la madre ocurre desde el momento mismo que él bebe es imaginado, luego el niño se convierte en algo más concreto cuando la mujer queda embarazada. 

Progresivamente el bebé va creciendo y manifestándose, hasta que se materializa como alguien autónomo, pero que necesita protección en el momento del nacimiento

Lo que piensan los padres del futuro bebé es importante, eso va a condicionar de alguna manera la relación con ellos.

Comunicación con el bebé desde el embarazo

Las capacidades sensoriales y perceptivas se desarrollan antes del nacimiento, en ese momento ya hay intercambio y se empieza a establecer una relación. 

Los bebés comienzan a escuchar más o menos a mitad del embarazo: escuchan los latidos cardíacos de la madre, los ruidos digestivos, la voz, las palabras y cantos, pueden oír sonidos provenientes del exterior. Sienten las reacciones de la madre a sus movimientos dentro de la barriga, sienten los desplazamientos. 

Vínculo madre e hijo al nacer

Cuando el niño nace tiene una visión que le permite ajustar el enfoque a la distancia que hay entre él y el rostro de su madre cuando esta lo está amamantando. 

El sistema visual de su cerebro está desarrollado para detectar los rasgos y contrastes típicos de los rostros humanos. 

Los bebés, son muy sensibles al movimiento, el tacto y la presión con los que son manipulados, dependiendo de la manera cómo esto se haga, cambia la sensación de seguridad y cuidado que percibe.

El recién nacido y la madre pueden reconocerse con sólo olerse, sin necesidad de utilizar otro órgano sensorial. Lo que nos dice el grado de conexión que se puede tener. 

Es importante el estado psicológico de la madre y la familia cuando un nuevo integrante llega a la casa. 

Tener la disposición emocional para transmitir amor, cuidado, protección, estimulación, motivación al logro y al desarrollo de nuevas habilidades es lo más deseable. 

No siempre se va a poder estar a total disposición y sin duda, el ambiente nunca va a ser perfecto. 

Lo importante es no renunciar a dar lo mejor de sí, ya que los bebés, si no tienen algún problema, siempre dan lo mejor de sí.

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