1.
En un recipiente adecuado para la batidora dejar remojando las
almendras en un litro de agua al menos 2 horas, para que las almendras se
hidraten y sea más fácil procesarlas.
2.
Moler con la batidora las almendras junto con el agua en la que se
han hidratado. Debe quedar todo bien triturado.
3.
Con la ayuda de una tela limpia (de algodón por ejemplo) colar y
exprimir bien la mezcla que hemos batido. El líquido resultante es la leche de almendras.