Ésta es una mala noticia para los fanáticos de la limpieza. Si bien estudios anteriores demostraron que el contacto con una cantidad mínima de gérmenes del hogar no sólo no es nociva, sino que aumenta las defensas naturales del organismo, ahora revelan el lado malo de ciertos limpiadores.
Los científicos hallaron que la exposición a los productos de limpieza podría aumentar el riesgo de padecer enfermedades pulmonares graves.
Concretamente, el uso de desinfectantes como la lejía (cloro o lavandina) tan sólo una vez a la semana podrían aumentar la probabilidad de desarrollar enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), según científicos de la Universidad de Harvard y del Instituto Nacional de Investigación Médica y Salud (Inserm), de Francia.
Mientras que los productos de limpieza han estado previamente vinculados con el asma, se cree que es la primera vez que se los relaciona con la EPOC, una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que dificulta la respiración, cuyos tipos principales son la bronquitis crónica y el enfisema, según la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.
Un riesgo para la salud
Los científicos estudiaron los datos de más de 55,000 mujeres enfermeras registradas en América, inscriptas en el Estudio de Salud de Enfermeras de EE.UU. II, que comenzó en 1989.
Se centraron en estudiar a las enfermeras que todavía estaban trabajando en la atención de la salud en 2009, y no tenía antecedentes de EPOC, siguiéndolas hasta mayo de 2017. Durante ese período, 663 de ellas, fueron diagnosticadas con EPOC.
Se evaluó la exposición a desinfectantes, incluyendo lejía, peróxido de hidrógeno y alcohol, y se halló que cada uno de los productos se asoció con un riesgo elevado de EPOC de entre un 24 al 32%.
"A nuestro leal entender, somos los primeros en reportar un vínculo entre los desinfectantes y la EPOC entre los trabajadores de la salud, e investigar los productos químicos específicos que pueden subyacer en esta asociación", dijo la Dra. Orianne Dumas, investigadora del Inserm. Ella presentará los hallazgos el lunes 19 de septiembre de 2017 en el Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea en Milán, Italia.
La limpieza extrema nos hace vulnerables
Hay una creciente preocupación a nivel médico de que el cumplimiento estricto de una exagerada higiene, aunque sea un medio valioso de proteger la salud, haya dejado a las personas más vulnerables frente a las enfermedades.
Los adeptos a la "hipótesis de la higiene" creen que una exposición reducida a bacterias, virus y parásitos ha afectado la capacidad del sistema inmunitario de responder adecuadamente a los desafíos planteados por el ambiente, dijo el Dr. Graham Rook, del Centro de Microbiología Clínica del Colegio Universitario de Londres, en Inglaterra, al presentar los resultados de un estudio sobre el tema.
Los problemas que generan los ambientes muy limpios son: reacciones alérgicas graves, trastornos gastrointestinales, como la enfermedad inflamatoria intestinal y la enfermedad de Crohn y trastornos autoinmunes, como la diabetes tipo 1 y la esclerosis múltiple. Además, hay más tendencia a padecer asma y otros problemas respiratorios. Y ahora, se suma la evidencia de que el cloro aumenta el riesgo de padecer EPOC.