Una "epidemia catastrófica por falta de sueño" está causando una serie de enfermedades potencialmente mortales, alertó el profesor Matthew Walker, director del Centro para la Ciencia del Sueño Humano de la Universidad de California en Berkeley, en una entrevista con el periódico británico The Guardian.
Walker ha pasado los últimos cuatro años y medio escribiendo el libro "Por qué dormimos", donde examina los efectos de esta "epidemia". Su idea es que las personas conozcan los poderosos vínculos entre la falta del sueño y, entre otras cosas, la enfermedad de Alzheimer, el cáncer, la diabetes, la obesidad y la mala salud mental.
Este problema no es tomado en serio por políticos y empleadores, señala Walker. Las luces eléctricas, las pantallas de televisión y de los ordenadores, los viajes largos, la confusión entre el trabajo y el tiempo personal, y una serie de otros aspectos de la vida moderna han contribuido a la privación del sueño, que se define como menos de siete horas por noche.
"Las cosas tienen que cambiar: en el ambiente de trabajo y nuestros grupos, nuestros hogares y familias. Cuando te das cuenta de que después de una noche de sólo cuatro o cinco horas de sueño, tus células regulares, las que atacan a las células malignas que aparecen en tu cuerpo cada día, descienden o que la ausencia de sueño está relacionada con la enfermedad del intestino, la próstata y el seno, o incluso sólo que la Organización Mundial de la Salud ha clasificado cualquier tipo de variación en el tiempo nocturno como agente relacionado con el cáncer, ¿cómo no hacer otra cosa?, se preguntó el experto.
¿Cuánto necesitamos dormir?
En los Estados Unidos entre 50 a 70 millones de adultos tienen trastornos del sueño o insomnio, estiman los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
El tiempo que necesitamos dormir varía entre los individuos, pero generalmente cambia a medida que envejecemos. La Fundación Nacional del Sueño sugiere que los niños en edad escolar, de 5 a 10 años, necesitan de 10 a 11 horas de sueño, los adolescentes, de 10 a 17 años, necesitan de 8.5 a 9.5 horas y los adultos, de 7 a 9 horas.
Las personas que no duermen lo necesario son más propensas a padecer enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, depresión y obesidad, también señalan los CDC.
Estigmatización del sueño
Existe una tendencia extendida en el mundo moderno donde las personas se jactan que necesitan poco sueño para funcionar. Se decía que Margaret Thatcher y Ronald Reagan sobrevivían unas pocas horas de sueño por noche, pero ambos desarrollaron demencia en la vida posterior.
"Hemos estigmatizado el sueño con la etiqueta de pereza". Queremos parecer ocupados, y una manera de expresarlo es mediante la proclamación de lo poco que dormimos. Es una insignia de honor”, señaló Walker.
"Nadie miraría a un bebé recién nacido dormido, y diría '¡Qué bebé perezoso!' Sabemos que dormir no es negociable para un bebé. Pero esa noción es rápidamente abandonada [a medida que crecemos]. Los humanos son las únicas especies que se privan deliberadamente del sueño sin motivo aparente", agregó.
Los signos de falta de sueño incluyen la necesidad constante de cafeína para mantenerse despierto durante la tarde o querer dormir después de la alarma del despertador se apaga.
"Un mal sueño de forma regular pone a las personas en riesgo de graves condiciones médicas, como la obesidad, enfermedades del corazón y la diabetes y acorta su esperanza de vida. Ahora está claro que una noche de sueño sólido es esencial para una vida larga y saludable", enfatizó.