Niños que duermen poco tienen más riesgos de enfermarse

Un niño con un sueño poco saludable puede convertir la vida de toda la familia en un problema. Y si no descansa bien durante la noche se arriesga a sufrir problemas en su desarrollo y en sus conductas, lo que puede derivar en estrés familiar.

Por eso es tan importante vigilar la calidad del sueño de un niño. Es necesario que duerma bien en la noche y que, en algunas edades, tome siestas en el día. Y para que esa vigilancia sea efectiva los padres deben aprender a reconocer los problemas que el niño puede presentar durante el sueño y saber cómo resolverlos. De esa tarea dependerá que se eviten problemas mayores, por ejemplo la diabetes, un mayor riesgo de lesiones, hipertensión, obesidad y depresión.

Niños que duermen poco tienen más riesgos de enfermarse
Médicos señalan que nunca es demasiado cuando se trata de las horas de sueño de los niños. | Foto: ISTOCK

De acuerdo con estudios recientes, los niños que duermen menos pueden estar en riesgo de padecer diabetes tipo 2. Ese hallazgo ya se había hecho en adultos y hasta ahora la conexión había sido poco estudiada en niños.

Sin embargo, investigadores británicos estudiaron a 4525 niños cuyas edades oscilaban entre los 9 y los 10 años, de origen étnico variado. En promedio, los padres informaron que los niños dormían diez horas por la noche, el 95 por ciento de ellos dormía entre ocho y doce horas.

El estudio, publicado en Pediatrics, descubrió que mientras menos horas de sueño tuvieran, más probabilidad había de que el niño presentara un índice de masa corporal (IMC) mayor, así como mayor resistencia a la insulina y lecturas de glucosa más altas. Todos estos son factores de riesgo para la diabetes tipo 2.

En general, incrementar la duración del sueño durante la semana por una hora se asocia con una disminución de 0,2 de IMC y de tres por ciento en resistencia a la insulina. Las razones de la relación aún no son claras, pero los investigadores sugieren que el poco sueño podría afectar la regulación del apetito, lo que provoca comer en exceso y conduce a la obesidad. Este estudio observacional no pudo establecer una relación de causa y efecto.

No obstante, el autor principal, Christopher G. Owen, profesor de Epidemiología en la Universidad St. George de Londres, dijo que mientras más duerman los niños es mejor y que nunca es demasiado.

Los expertos del sueño dicen que estos resultados tienen sentido y proporcionan más evidencia sobre la importancia del sueño.
“Sabemos que la privación del sueño puede afectar la memoria, creatividad, creatividad verbal e incluso el juicio, motivación y compromiso en el salón de clases”, explica la doctora Judith Owens, directora de Medicina del Sueño en el Centro Médico Nacional de Niños en Washington, EE. UU.

Por otra parte, expertos de la Cátedra de Investigación del Sueño de la Universidad de Granada-Grupo Lo Monoco, reafirmaron que dormir bien puede reducir los índices de masa corporal en niños.

Según el Dr. Alejandro Guillén-Riquelme de la Cátedra de Investigación del Sueño de la UGR-Grupo Lo Monaco, reducir las horas que se duerme va a producir sensación de cansancio, fatiga matutina, desorientación. Este hecho es particularmente relevante en el caso de los niños, ya que los factores que influyan en su sueño van a repercutir sobre el desarrollo de los pequeños y van a afectar notablemente su salud y calificaciones académicas.

Además, el hecho de dormir poco o de forma no reparadora va a incrementar la fatiga diurna lo que puede vincularse con menor actividad física, con lo que la obesidad se agravaría. De hecho, en niños que duermen menos horas de las necesarias, las probabilidades de sufrir sobrepeso u obesidad son notablemente superiores a los niños cuyo sueño es regular y adecuado a las necesidades propias de su edad.

Nunca es demasiado

La calidad del sueño de un niño preocupa a muchos padres, pero muchos de ellos desconocen la cantidad de horas que debe dormir en la noche, cuántas siestas debe tomar y su duración.

El Consejo para un Sueño Mejor (BSC) y el Instituto Nacional del Corazón, Pulmones y Sangre (NHLBI) ofrecen consejos útiles a los padres para que ayuden a sus hijos a conciliar el sueño y dormir las horas necesarias.

Los expertos afirman que la falta de sueño, especialmente entre los niños en edad escolar, puede resultar en serias consecuencias, entre las que figuran la concentración insuficiente, menos energía y una disminución en la habilidad para combatir las enfermedades. Según el Centro Nacional de Investigación de Trastornos del Sueño (NCSDR) del NHLBI, los niños necesitan dormir al menos nueve horas regularmente para estar saludables, activos y ser capaces de lograr los mejores resultados académicos, deportivos y en otras actividades extracurriculares.

Las directrices de la Academia de la Medicina del Sueño de EE. UU. oscilan entre 16 horas para los bebés y 8 horas para los adolescentes.
Según la academia, los menores de todas las edades se benefician física, mental y emocionalmente de una cantidad adecuada de horas de sueño.

También se hacen recomendaciones de las actividades que los menores deben dejar de hacer antes de ir a la cama para conciliar el sueño.
Las recomendaciones se publicaron con la anuencia de la Academia de Pediatría de EE.UU. en la revista Journal of Clinical Sleep Medicine.
DE 4 a 12meses deben dormir de 12 a 16 horas diarias, incluyendo siestas.
De 1 a 2 años deben dormir de11 a 14 horas diarias incluyendo siestas.
De 3 a 5 años deben dormir de 10 a 13 horas diarias incluyendo siestas.
De 6 a 12 años deben dormir de 9 a 12 horas diarias.
Y de 13 a 18 años deben dormir de 8 a 10 horas diarias.

La Academia de Pediatría de EE.UU. recomendó además que todas las pantallas, como las televisiones y computadoras, se apaguen media hora antes de ir a la cama y que los padres no deben permitir a sus hijos tengan estos aparatos en sus dormitorios.

Una rutina para ir a la cama

Si se establece en el hogar el hábito de las horas de sueño, será más fácil asegurar que los niños duerman lo suficiente. Puede ayudar el crear un "estuche para la noche" que puedes colocar cerca de la cama de tu hijo(a) para cuando sea difícil dormir. Ese estuche puede incluir una linterna, un libro favorito, una cinta de música o un disco que pueda escuchar. Usa este juego de elementos con tu hijo(a) y luego ponlo en un lugar especial donde tu hijo(a) pueda alcanzarlo durante la noche.

Los objetos como los muñecos de peluche y las mantas también pueden ayudar a que el niño se sienta seguro.

Una rutina diaria puede, además, incluir:

  • Un período de tranquilidad de unos treinta minutos antes de la hora de dormir. 
  • Fija una hora específica para dormir, avisando debidamente a tu hijo(a) media hora antes y 10 minutos antes de la hora acordada. 
  • Establece horas fijas para irse a acostar, levantase y tomar siestas. 
  • Incluye horas de juego y horas de comer consistentes. 
  • Evita los estimulantes como la cafeína, cuando se aproxime la hora de dormir. 
  • La habitación debe ser tranquila, acogedora y conductiva al sueño. 
  • Utiliza la cama solamente para dormir, no para jugar o para ver la televisión. 
  • Limita las comidas y bebidas antes de la hora de acostarse. 
  • Permite que tu hijo(a) escoja con qué pijamas quiere dormir, qué muñeco de peluche necesita llevarse a la cama, etc. 
  • Coloca música lenta y agradable antes de dormir. 
  • Acuesta a tu hijo cariñosamente para reafirmar una sensación de seguridad.

Datos sobre las siestas

La mayoría de los preescolares aún necesita tomar siestas durante el día. Y la mejor manera de influir para que el niño tome siestas es fijar una rutina, tal y como lo hace cuando es hora de dormir. Explícale a tu hijo que este es un tiempo para estar tranquilo y que debe acostarse, pero que está bien que juegue en la habitación si no logra dormir.

¿Cuánto deben durar las siestas? Deben durar tanto como creas que tu hijo (a) necesita descansar. Generalmente, una hora es suficiente. Pero habrá otros momentos en que necesitará una siesta más larga,.
Los problemas del sueño
Puede que su preescolar tenga pesadillas, o terrores nocturnos, y puede que haya noches cuando él o ella tenga dificultades tratando de quedarse dormido.

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