Y eso a pesar de revelaciones cada vez menos halagadoras, entre ellas la más notable, que muchas marcas ni siquiera revelan de dónde proviene el agua.
Se necesita: Un etiquetado más claro
En un informe publicado a principios de este año, el grupo de trabajo llamado “Environmental Working Group”, una organización de defensa sin fines de lucro, analizó las etiquetas y sitios web de 173 aguas embotelladas y encontró que cerca de una quinta parte, incluyendo grandes marcas, como Aquafina y Crystal Geyser, no mencionan su origen.
Puntos clave
- El 20% de las grandes marcas de agua embotellada no mencionan su origen.
- Un tercio de las embotelladoras no menciona cómo el agua ha sido tratada.
- 49% del agua embotellada que se produce en el país proviene del grifo.
Otro tercio no mencionaba cómo el agua había sido tratada. Muchas marcas populares, como Poland Spring, listan diferentes fuentes (en su caso, manantiales en Maine), dejando a la imaginación de los consumidores de cuál se obtuvo el agua. Sólo tres marcas—Gerber Pure Purified Water, Nestle Pure Life Purified Water y Penta Ultra-Purified Water—obtuvieron la aprobación del grupo por presentar tanto la fuente como información sobre el tratamiento utilizado, además de emplear los métodos de tratamiento más avanzados.
Algunas marcas podrían no revelar su fuente, ya que no tienen obligación de hacerlo. La Agencia de Protección Ambiental requiere que los sistemas de agua de la comunidad divulguen cuál es la fuente del agua potable en un informe anual conocido como Consumer Confidence Report.
Pero los fabricantes de agua embotellada no están obligados a revelar de dónde proviene el agua, cómo fue tratada o los contaminantes que pudiera contener. La divulgación es puramente voluntaria (excepto en California). Y los productos embotellados son sujetos a menos normas de seguridad que el agua del grifo.
En resumen.
No te dejes engañar por las etiquetas azules y las imágenes de montañas.
El agua de la llave purificada es la fuente del 49% del agua embotellada que se produce en EE.UU., según datos de la industria. Muchos consumidores podrían prescindir de intermediarios (y producir mucho menos residuos plásticos) al invertir en un filtro de agua y una botella reutilizable para cargar consigo.
Qué hacer
Toma agua del grifo. Si te preocupa la pureza del agua, consigue un filtro. Los modelos de jarra o un grifo montado son los menos costosos (existen opciones por $30 o menos) y eliminan muchos contaminantes comunes. Los filtros de ósmosis inversa remueven aún más contaminantes. Muchos cuestan cientos de dólares, aunque Whirlpool tiene un modelo por $150.
- Dale a todos en tu casa una botella reutilizable que no tenga bifenol, un químico vinculado con problemas reproductivos.
- Si es necesario comprar agua embotellada, elige una marca que indique su fuente y un método avanzado de purificación en su etiqueta o sitio web. Revisa el análisis de marca de EWG.
- Para conocer sobre tu agua, lee el Consumer Confidence Report. Si pagas una cuenta de agua, deberías obtener una copia por correo cada año. Este informe puede ayudarte a determinar si necesitas un filtro de agua y, de ser así, qué tipo.
¿Se puede distinguir entre agua barata y cara?
Tres compañeros de trabajo que no son expertos catadores probaron 4 aguas: un agua “ultrapurificada” ($2.99 por litro); una marca nacional de agua purificada ($1 por litro); un agua de manantial con marca de una tienda (89 centavos por galón); y agua de la llave de una oficina en Yonkers, N.Y., filtrada en una jarra Brita ($22.49 por la jarra y un filtro; los filtros de repuesto cuestan alrededor de $40 al año).
Uno de los tres hombres adivinó correctamente todas las aguas; otro adivinó la mitad; y el tercero acertó en 1 de las 4.
La mejor fuente: probablemente tu grifo.
Para el estudio completo de éste y otros temas, visita la página en español de Consumer Reports