Tomar aspirina para cuidar el corazón es casi una tradición entre quienes sufren enfermedades cardíacas. A pesar de ser una recomendación tan común, siempre hay dudas a la hora de tomarla, como si la presentación recubierta es igual de buena para prevenir infartos y otros problemas cardiovasculares.
La aspirina en dosis bajas se toma para impedir la formación de coágulos sanguíneos que son nocivos y hasta mortales porque pueden tapar las arterias. Hay quienes prefieren la presentación recubierta entérica para proteger el estómago, pero Brian Shapiro, especialista en enfermedades cardiovasculares de Mayo Clinic, explica que tal vez ni siquiera es necesario tomar ese tipo.
“La aspirina con recubierta entérica no se disuelve en el estómago, por lo que no puede ser absorbida allí, sino que pasa hasta el intestino delgado donde es absorbida por el torrente sanguíneo. El objetivo supuesto de la recubierta entérica es evitar las úlceras y los sangrados estomacales que, a veces, se producen por el consumo de aspirina”, escribió en el sitio de la institución.
Según Shapiro, hay estudios que indican que la absorción de la aspirina en el torrente sanguíneo podría retrasarse o reducirse, si tiene recubierta entérica, algo que no pasa con la presentación normal, que se disuelve y se absorbe rápido. El especialista concluye que la aspirina recubierta podría no ser tan eficaz como la regular para reducir el riesgo de coágulos sanguíneos y que sus beneficios en el sistema digestivo son leves o nulos: no hace una diferencia en la tasa de ulceración y sangrado.
Ni recubierta, ni sencilla
Más allá de las dudas sobre si vale la pena tomar la recubierta o es mejor la sencilla, nuevos hallazgos ponen en duda la efectividad de la aspirina para cuidar la salud del corazón. Recientemente se publicaron en JAMA los resultados de un análisis de los efectos del fármaco, a partir de investigaciones anteriores. Los autores encontraron que el consumo de la aspirina puede no ser seguro, ya que la dosis diaria aumentó el riesgo de sangrado en el intestino o en el cráneo, en adultos mayores.
Los efectos negativos variaron de acuerdo al perfil de quien tomara la aspirina: quienes no tenían problemas cardíacos y tomaron diariamente una dosis baja del analgésico, tuvieron un menor riesgo de ataque cardíaco, derrame cerebral y muerte. Sin embargo, los hallazgos fueron suficientemente notables para los autores.
"Esto cuestiona el beneficio neto de tomar aspirina, y si las personas que no han tenido enfermedades cardiovasculares previamente deben tomarla", dijo en un comunicado Sean Zheng, autor principal del estudio y miembro académico del King's College Hospital de Londres.
Tal vez la mejor estrategia de prevención sea mejorar el estilo de vida. De hecho, cada vez más especialistas se enfocan en recomendar a sus pacientes mejorar hábitos relacionados con la actividad física y la alimentación para mantener la salud cardiovascular.
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