Un grupo de investigadores utilizó un compuesto presente en la jalea real para lograr la auto-renovación de células madre. Estos hallazgos abrirían las puertas a nuevos tratamientos de regeneración celular.
La jalea real es una sustancia gelatinosa que se produce en las glándulas de las abejas obreras jóvenes, conocidas como nodrizas. Se utiliza para alimentar a las larvas y a la abeja reina, aumentando la duración de su vida por encima del resto de los miembros de la colmena. Mientras que una abeja normal vive entre 30 a 45 días, la reina transita un ciclo de hasta 6 años.
La jalea real esta conformada por agua, proteínas y azúcares, pero no se sabe con exactitud cómo logra estimular a ciertas larvas para que se convierten en reinas en lugar de abejas obreras.
Esto ha dado lugar a que muchas personas crean en fascinantes propiedades y consideren a esta sustancia como un ingrediente milagroso que puede mejorar la salud y mantener la juventud.
En un nuevo estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford en California, (EE.UU) un equipo de investigadores decidió investigar cómo y por qué la jalea real podría ser beneficiosa. Para ello, analizaron sus efectos en células madres de mamíferos.
"En el folclore, la jalea real es algo así como una súper medicina. Pero la secuencia de ADN de Royalactin, el componente activo en la jalea, es exclusiva de las abejas. Pero hemos identificado una proteína propia de los mamíferos, con características similares", explicó el Dr. Kevin Wang, autor principal del trabajo publicado en Nature Communications.
¿Cuál es la importancia de las células madre?
Una célula madre es una célula genérica que puede hacer copias exactas de sí misma indefinidamente. Tiene la capacidad de producir células especializadas para diversos tejidos del cuerpo, tales como el miocardio, el tejido cerebral y el tejido hepático.
También pueden ser guardadas y empleadas posteriormente, para producir células especializadas.
Existen dos tipos básicos de células madre, las embrionarias y las adultas. Pueden diferenciarse del resto de las células del cuerpo por tres motivos:
- Pueden dividirse y renovarse a sí mismas durante un largo tiempo.
- No son especializadas, por lo que no pueden cumplir funciones específicas en el cuerpo.
- Tienen el potencial de convertirse en células especializadas, como las células musculares, células de la sangre y las células del cerebro.
El estudio de las células madre puede ayudar a explicar cómo ocurren enfermedades graves y existe la esperanza de poder utilizarlas para crear células y tejidos que permitan el tratamiento de muchas de ellas.
El secreto de la jalea real
Motivado porque “las larvas comienzan igual en el día cero, pero terminan con diferencias dramáticas y duraderas en tamaño", el Dr. Wang y su equipo trabajaron con un compuesto presente en la jalea real llamado Royalactin.
Se lo considera responsable de estimular el crecimiento celular en las larvas que las abejas obreras seleccionan para convertir en reinas.
Para estudiar sus efectos, los investigadores decidieron aplicarlo en las células madre embrionarias de ratones. Este tipo de células son ideales en la investigación clínica, debido a su pluripotencia. Esto quiere decir que pueden convertirse en cualquier célula especializada y cumplir diferentes funciones.
Reemplazar las células especializadas dañadas y envejecidas por células nuevas que han crecido a partir de células madre, posibilita el tratamiento de enfermedades. Es por ello, que los investigadores necesitan células madre sanas y "juveniles" que puedan mantener en los laboratorios, en formas indiferenciadas hasta ser utilizadas.
Al respecto, el Dr. Wang explicó que las células madre pronto se diferencian en condiciones de laboratorio y se vuelven inutilizables. Para mantener intacta su pluripotencia deben utilizar inhibidores complejos.
Cuando agregaron Royalactin a las muestras embrionarias, los investigadores encontraron que mantuvo su pluripotencia durante más tiempo, sin la necesidad de administrar los inhibidores habituales.
Frente a esta situación, se preguntaron si podrían encontrar un compuesto producido por mamíferos que pudiera coincidir con la forma de Royalactin y mantuviera la "rigidez" celular.
Sus investigaciones identificaron una proteína similar, llamada NHLRC3. Esta, aparece en todos los embriones de animales primitivos, incluidos los humanos.
Cuando los investigadores aplicaron esta proteína a las células madre embrionarias de ratón, encontraron que al igual que Royalactin, ayudaba a mantener su pluripotencia. Por esta razón, el equipo decidió cambiar el nombre de esta proteína a "Regina", que significa "reina" en latín.
"Nuestros experimentos demuestran que Regina es una molécula importante que gobierna la pluripotencia y la producción de células progenitoras que dan origen a los tejidos del embrión. Hemos conectado algo mítico con algo real".
En el futuro, los investigadores planean averiguar si Regina puede mejorar la curación de heridas y la regeneración celular. También planean encontrar nuevas formas de mantener las células madre "jóvenes" en el laboratorio.
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