¿Puede la caída del cabello estar relacionada con un problema de salud? Una investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins señaló que las mujeres afroamericanas con una forma común de pérdida de cabello tienen una mayor probabilidad de desarrollar miomas uterinos o fibromas.
En un informe, publicado en la revista JAMA Dermatology, los investigadores aconsejan a los médicos que tratan a las mujeres con alopecia centrífuga cicatricial central (CCCA, por sus siglas en inglés) que informen a las pacientes que pueden estar en mayor riesgo de desarrollar fibromas y que deben examinarse, particularmente si tienen síntomas tales como sangrado abundante y dolor.
Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH), se estima que el 70 por ciento de las mujeres blancas y entre el 80 y el 90 por ciento de las mujeres afroamericanas desarrollarán fibromas a los 50 años.
- ¿Qué es la alopecía centrífuga?
La CCCA afecta predominantemente a las mujeres de raza negra y es la forma más común de alopecia permanente en este grupo. El exceso de tejido cicatricial que se forma como resultado de este tipo de pérdida de cabello también puede explicar el mayor riesgo de fibromas uterinos, que se caracterizan por crecimientos fibrosos en el revestimiento del útero.
La cicatrización asociada con la CCCA es similar a la asociada con exceso de tejido fibroso en otras partes del cuerpo, una situación que puede explicar por qué las mujeres con este tipo de la pérdida de cabello tiene un mayor riesgo de fibromas, señaló Crystal Aguh, profesora asistente de dermatología en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
Durante un período de cuatro años entre 2013 y 2017, los investigadores analizaron datos de 487,104 mujeres afroamericanas de 18 años o más. La prevalencia de aquellas con fibromas se comparó en pacientes con y sin CCCA.
En general, los investigadores encontraron que el 13.9 por ciento de las mujeres con CCCA también tenían antecedentes de fibromas uterinos, en comparación con sólo el 3.3 por ciento de las mujeres afroamericanas que no tenían esta afección. En números absolutos, de las 486,000 mujeres que fueron revisadas, 16,212 tenían fibromas.
Aguh advirtió que su estudio no sugiere ninguna relación de causa y efecto, ni demuestra una causa común para ambas afecciones. "La causa del vínculo entre las dos condiciones sigue sin estar clara", dice. Sin embargo, la asociación fue lo suficientemente fuerte, agrega, para recomendar que los médicos y los pacientes sean conscientes de ello.