Muchas personas prefieren el baño matutino, mientras que otras aseguran que lo mejor es ducharse por la noche.
La ciencia también ha tratado de develar este interrogante y ahora se ha expedido: el mejor horario depende de la ocupación o profesión de la cada uno. Y de su facilidad para relajarse y descansar.
De acuerdo con Shelley Carson, profesora de la Universidad de Harvard, en un artículo de The Independent, se debe optar por una ducha en la mañana cuando se tiene un trabajo muy estresante, o cuando se está bajo presión para desempeñarse en tareas creativas.
Ella explica que la ducha puede fomentar la creatividad, porque uno puede estar relajado y alerta tras el baño matinal.
Si tiene un problema que debe resolver creativamente, y ha estado pensando y pensando sin poder llegar a una solución, “la ducha es oportuna en la mañana, pues podría poner en un segundo plano el problema mientras los procesos inconscientes reflexionan" agregó Carson.
¿Las ventajas? Sus procesos cognitivos se relajarán, se renovarán y regenerarán, y sus ideas y soluciones se presentarán sin esfuerzo, sostiene la experta.
En cambio, sugiere que la ducha antes de acostarse puede ayudar a las personas a quienes les resulta difícil relajarse para descansar, ya que al bañarse, se reducen los niveles de cortisol relacionados con el estrés.
Ducharse puede regular además la temperatura corporal, que se ha demostrado que ayuda a conciliar el sueño con más facilidad.
Según Christopher Winter, de la Academia Americana de Medicina del Sueño "el enfriamiento rápido después de salir de la ducha o del baño, tiende a ser un inductor natural del sueño. Así que es una buena manera de engañar al cuerpo haciéndole creer que es hora de ir a la cama a dormir".
Los dermatólogos también sugieren que la ducha en la noche puede ayudar a mantener limpia la piel, ya que se elimina la suciedad y el aceite de los contaminantes que se acumulan a lo largo del día.