Se estima que al menos 2200 millones de personas tienen deficiencia visual, de los cuáles, 1000 millones de casos se podrían haber evitado o aún no se han tratado, según informa la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre las afecciones de la vista más comunes se encuentra la presbicia, que es la pérdida gradual de la capacidad para enfocar objetos cercanos.
Este trastorno puede corregirse con anteojos, lentes de contacto o cirugías, pero, nuevas estudios indican que podría existir una opción más accesible y económica para combatirla: las gotas oftálmicas. Aquí te contamos más:
La dificultad para enfocar objetos cercanos o palabras en computadoras y libros puede deberse al endurecimiento del cristalino transparente del ojo a causa de la presbicia, que, con el tiempo pierde su flexibilidad.
La presbicia es gradual y comienza a manifestarse entre los 40 y 45 años, empeorando cuando se llega a los 65. Entre los principales síntomas se encuentra una tendencia a sostener el material de lectura más lejos para ver las letras con mayor claridad, visión borrosa a una distancia de lectura normal o cansancio de la vista y dolores de cabeza después de leer o realizar trabajos minuciosos.
Se debe consultar a un médico si se experimenta visión difusa o borrosa, si esto interfiere con la rutina, si se sufre pérdida repentina de la visión de un ojo con o sin dolor ocular, se ven destellos de luz, puntos negros o halos alrededor de las luces, o se sufre visión doble. Estas señales pueden empeorar si se está cansado o las actividades se realizan en ambientes con poca iluminación.
Tratamientos
Para tratar la presbicia, los expertos pueden recomendar el uso anteojos bifocales, donde la parte superior del lente permite la visión a distancia mientras que la inferior es más adecuada para la cercanía, lentes de contacto, donde un ojo usa un lente con receta para visión a distancia y el otro para ver de cerca, o cirugía, donde se usan ondas de radiofrecuencia para crear más curvatura de la córnea, y así lograr mejorar la visión de cerca.
Otra opción que se está desarrollando para manejar este problema son las gotas oftálmicas. Según una publicación de la American Academy of Ophthalmology (AAO), dos tipos se encuentran en pruebas clínicas donde se está poniendo a prueba su seguridad y eficacia en humanos:
- Gotas mióticas: restauran la contracción de la pupila, limitando la información que queda desenfocada. Actualmente, al menos tres compañías están desarrollándolas: Allergan, que ya se encuentra en las pruebas de la fase 3 de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), y Presbyopia Therapies y Orasis Pharmaceuticals, que han completado las pruebas de la fase 2b.
- Gotas que ablandan el cristalino: ayudan a restaurar su flexibilidad, y aunque no restauran totalmente la visión de cerca, pueden devolver la capacidad visual hasta unos 10 años. Novartis ha desarrollado la primera gota ablandadora del cristalino y se encuentra realizando las las pruebas de fase 2.
Aunque aún restan análisis, los investigadores sostienen que los efectos de las gotas mióticas comenzarían 30 minutos tras la aplicación, con una duración aproximada de 7 horas, mientras que las que ablandan el cristalino pueden seguir actuando por varios años. Se halló que quienes utilizaron cualquiera de estos dos tipos de gotas ganaron hasta 7 líneas de visión de cerca, es decir, tanto como lo que se obtiene con anteojos para leer.
Todavía se estudian los posibles efectos secundarios de su uso, entre los que ya se registraron dolores de cabeza, limitación de la visión nocturna o problemas para diferenciar un objeto de su trasfondo.
Qué son las gotas oftálmicas
Las gotas oftálmicas o colirios son disoluciones estériles, acuosas u oleosas, con uno o más principios activos, destinadas a su instilación en el ojo.
Se deben guardar en lugares frescos, secos y protegidos de la luz a temperatura ambiente (a menos que se indique su almacenamiento en el frigorífico). Los expertos resaltan los riesgos de la contaminación al momento de usarlos y el grave peligro que esto puede significar, por lo que aconsejan lavarse las manos antes de manipularlas y evitar que la punta del aplicador toque las superficies del ojo.
Deben desecharse a las cuatro semanas de estar abiertas, o al finalizar el tratamiento si es de menor duración, salvo que el envase especifique lo contrario. De otro modo, podrían contaminarse.
Para facilitar su aplicación se aconseja inclinar la cabeza hacia atrás y hacia el lado del ojo donde se administrarán las gotas, y bajar el párpado inferior, depositando el medicamentos en la cavidad que se forma. Tras colocar el número exacto de gotas prescritas, parpadea un par de veces para extender las gotas por toda la superficie ocular. Se recomienda cerrar el ojo unos minutos, para limpiar que el exceso de líquido se derrame. Una vez finalizado, es común tener visión borrosa por unos segundos o minutos, por ello, se debe evitar realizar actividades que requieran de agudeza visual.
Es importante recordar que sea cual sea el tratamiento al que se recurra para combatir la presbicia, debe ser un oftalmólogo el que lo recomiende. Los ojos de cada persona son únicos, por lo tanto, los anteojos, lentes de contacto, cirugía o gotas oftálmicas presentarán sus pros y contras. Para determinar la mejor opción, se realizará un examen médico completo para evaluar la salud del ojo.
Fuentes consultadas: Academia Estadounidense de Oftalmología, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Instituto Nacional del Ojo.