Si alguna vez te ha sucedido que ves pequeñas burbujas ondeantes al costado de los ojos, no estás solo. El problema es más común de lo que crees, y para aclarar las dudas más frecuentes, el National Eye Institute NEI) tiene respuestas precisas.
Esas partículas a las que comúnmente se le llaman flotadores (floaters) son pequeñas "telarañas" o motas que flotan en tu campo de visión. Son formas pequeñas, oscuras y sombrías que pueden verse como manchas, hebras de hilos o líneas onduladas. Se mueven cuando tus ojos se mueven y parecen alejarse cuando tratas de mirarlos directamente. No siguen los movimientos de tus ojos con precisión, y generalmente se desplazan cuando tus ojos dejan de moverse.
La mayoría de las personas tienen flotadores y aprenden a ignorarlos; por lo general no se notan hasta que se vuelven numerosos o más prominentes. Los objetos flotantes pueden hacerse más visibles al mirar algo brillante, como papel blanco o un cielo azul.
Flotadores y desprendimiento de retina
A veces, una sección del vítreo retira las fibras finas de la retina, todas a la vez, en lugar de hacerlo gradualmente, lo que hace que aparezcan muchos flotadores nuevos de repente. Esto se llama desprendimiento vítreo, que en la mayoría de los casos no es amenazante para la vista y no requiere tratamiento.
Sin embargo, un aumento repentino de los flotadores, posiblemente acompañado de destellos de luz o pérdida de visión periférica (lateral), podría indicar un desprendimiento de retina. Se llama así cuando cualquier parte de la retina, el tejido sensible a la luz del ojo, se levanta o se retira de su posición normal en la pared posterior del ojo.
Un desprendimiento de retina es una afección grave y siempre debe considerarse una emergencia. Si no se trata, puede provocar una discapacidad visual permanente en dos o tres días o incluso ceguera.
Aquellos que experimentan un aumento repentino de flotadores, destellos de luz en la visión periférica o una pérdida de visión periférica deben hacer que un profesional de la salud visual examine sus ojos lo antes posible.
¿Qué causa los flotadores?
Los flotadores ocurren cuando el vítreo, una sustancia parecida a un gel que llena aproximadamente el 80% del ojo y lo ayuda a mantener una forma redonda, se contrae lentamente.
A medida que el vítreo se encoge, se vuelve fibroso y los hilos pueden proyectar pequeñas sombras sobre la retina. Éstos son los flotadores.
En la mayoría de los casos, los flotadores son parte del proceso de envejecimiento natural y simplemente una molestia. Pueden distraer al principio, pero eventualmente tienden a "asentarse" en la parte inferior del ojo, volviéndose menos molestos.
Sin embargo, hay otras causas más graves de flotadores, que incluyen infección, inflamación (uveítis), hemorragia, desgarros retinianos y lesiones oculares.
¿Quién está en riesgo de padecerlos?
Las “moscas volantes” son más propensas a desarrollarse a medida que envejecemos y son más comunes en personas que son muy miopes, que tienen diabetes o que han tenido una operación de cataratas.
¿Cómo se tratan?
Para las personas que tienen flotadores que son simplemente molestos, no se recomienda ningún tratamiento.
En raras ocasiones, los flotadores pueden ser tan densos y numerosos que afectan significativamente la visión. En estos casos, puede ser necesaria una vitrectomía, un procedimiento quirúrgico que elimina los flotadores del vítreo.
Una vitrectomía elimina el gel vítreo, junto con sus restos flotantes, del ojo. El vítreo se reemplaza con una solución de sal. Debido a que el vítreo es principalmente agua, no se notará ningún cambio entre la solución salina y el vítreo original.
Pero esta operación conlleva riesgos significativos para la vista como desprendimiento de retina, desgarros retinianos y cataratas.
La mayoría de los cirujanos oftálmicos son reacios a recomendar esta cirugía a menos que los flotadores interfieran seriamente con la visión.