Una mujer australiana, de 38 años, perdió la visión de su ojo izquierdo luego de batallar durante una década con una infección provocada por un parásito llamado Acanthamoeba.
Este organismo puede entrar en el cuerpo de una persona a través de cortes en la piel, por la solución de lentes de contacto o la inhalación, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
La Acanthamoeba es capaz de causar una inflamación severa en la córnea, llamada queratitis de Acanthamoeba, que provoca dolor intenso, enrojecimientos, visión borrosa, sensibilidad a la luz, pérdida de visión, llegando a la ceguera si no se trata. La infección suele comenzar con el parásito pegándose a la córnea, antes de penetrar profundamente, y de forma progresiva va disminuyendo la visión.
Lentes de contacto
Aunque cualquier persona puede presentar queratitis Acanthamoeba, la enfermedad es más común en personas que usan lentes de contacto. Sin embargo, no es muy frecuente. Los CDC estima que 1 de cada 33 millones de usuarios de lentes de contacto está afectado por este parásito.
En el caso de la mujer australiana, el parásito la dejó incapaz de salir a la luz, forzándola a usar gafas de sol de forma permanente.
El tratamiento al que fue somentida no pudo acabar con la infección y a lo largo de una década sufrió úlceras agonizantes en su ojo izquierdo. También recibió un trasplante completo de córnea que resultó infructuoso.
"Estaba en tal agonía que quería morir. Se sentía como fragmentos de vidrio se rasgaran a través de mi ojo", señaló la mujer al diario británico Daily Mail.
¿Cómo llega el parásito a las lentes?
Las lentes de contacto se pueden contaminar con Acanthamoeba por contacto con agua, como pueden ser las piscinas, las bañeras de hidromasaje o un grifo común.
Por evitar cualquier tipo de infecciones o contagios, existen reglas básicas que los usuario de lentes de contacto deben seguir:
- Visita a tu oftalmólogo para exámenes oculares regulares.
- Usa y reemplaza las lentes de contacto de acuerdo con el horario prescrito por su oftalmólogo.
- Quítate las lentes de contacto antes de cualquier actividad que implique contacto con el agua, incluyendo ducharse, usar un jacuzzi o nadar.
- Lávate las manos con agua y jabón y secátelas antes de manipular las lentes de contacto.
- Limpia las lentes de contacto según las instrucciones
- Nunca reutilices una solución vieja
- Utiliza una solución limpia o desinfectante cada vez que limpies y guardes las lentes.
- Nunca utilices solución salina o gotas de rehumectación para desinfectar las lentes.
- Asegúrate de limpiar, frotar y enjuagar las lentes cada vez que las retires. Frotar y enjuagar sus lentes de contacto ayuda a eliminar los microbios y residuos nocivos.
- Guarda las lentes reutilizables en el estuche de almacenamiento adecuado.
- Las cajas de almacenamiento deben frotarse y enjuagarse con una solución estéril de lentes de contacto, nunca usar agua del grifo
- Reemplaza el estuche de almacenamiento al menos una vez cada tres meses.