El innovador dispositivo no se utilizaría en la etapa de tratamiento, sino para el diagnóstico. “La idea es que una mujer se realice el Papanicolaou en su casa con este dispositivo y en ese momento pueda tener los resultados”, destacó Marlen Hernández Ortiz, la joven científica del Departamento de Posgrado en Ciencia de la Ingeniería de la Facultad de Ingeniería Eléctrica, en un comunicado difundido por la Academia Mexicana de las Ciencias.
El biosensor, añadió Hernández Ortiz, “es un dispositivo que detecta el ADN del VPH mediante un método electroquímico, una reacción química que se produce cuando entra en contacto con el material del cual está hecho el dispositivo (nanotubo de carbón con un electrodo que cuenta con una mitad de la cadena de ADN del VPH), el cual se activa al estar en contacto con otras cadenas de ADN del VPH”.
Al haber presencia del virus, existe una reacción química llamada Redox (reducción y oxidación), “cuando se produce esta reacción hay una generación de electrones, una transferencia o flujo de electrones, los cuales producen una señal eléctrica que determina la presencia del VPH”, añadió.
Pero para medir la cantidad del virus y realmente tener un dispositivo portátil será necesaria una herramienta que reciba la información y la interprete. Sobre esta etapa, Hernández Ortiz indicó que ya hay varios investigadores que trabajan en el proceso.
Por ahora, el prototipo se encuentra en periodo de prueba de los materiales para detectar el virus.
Virus del Papiloma Humano
El Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, refiere que existen más de 100 tipos de VPH. La mayoría son inofensivos, pero aproximadamente 30 tipos se asocian con un mayor riesgo de tener cáncer. Estos tipos afectan los genitales y se adquieren a través del contacto sexual con una pareja infectada. Se clasifican como de bajo riesgo o de alto riesgo. Los VPH de bajo riesgo pueden causar verrugas genitales. En las mujeres, los VPH de alto riesgo pueden conducir al cáncer del cuello uterino, vulva, vagina y ano. En los hombres, pueden conducir al cáncer del ano y del pene.
Aunque algunas personas que desarrollan verrugas genitales por infecciones con VPH tienen síntomas, otras pueden no sentirlos. Un profesional de la salud puede tratar o eliminar las verrugas. En las mujeres, el examen de Papanicolaou puede detectar cambios en el cuello uterino que pudieran evolucionar en cáncer.
El uso correcto de los preservativos de látex reduce enormemente, aunque no elimina, el riesgo de contraer y contagiar el VPH. Las vacunas pueden proteger contra varios tipos de VPH, incluyendo algunos de los que pueden causar cáncer.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) reportan que alrededor de 79 millones de estadounidenses están infectados actualmente por el VPH y cerca de 14 millones de personas al año contraen una nueva infección. El VPH es tan común que casi todos los hombres y mujeres sexualmente activos contraerán al menos un tipo de VPH en algún momento de su vida.
Las vacunas contra el VPH se recomiendan para las niñas y niños de 11 o 12 años, se administran en tres inyecciones en un periodo de seis meses. Es importante recibir las tres dosis para tener la mejor protección. Los niños y niñas de 11 o 12 años tienen la mayor probabilidad de lograr la mejor protección que otorgan las vacunas contra el VPH y su respuesta inmunitaria a la vacuna es mejor que la de mujeres y hombres mayores.
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