Vinculan vacuna de COVID con la culebrilla

Un nuevo estudio comprobó lo que podría ser un efecto secundario muy específico de la vacuna contra covid de Pfizer. En algunos pacientes con artritis reumatoide inflamatoria autoinmune, podría reactivar el virus del herpes zóster (culebrilla).

Científicos dicen que hacen falta más estudios epidemiológicos para determinar la asociación entre esta vacuna contra covid y la reactivación del virus que causa la varicela.

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Después de que una persona se recupera de la varicela, el virus permanece latente (inactivo) en el cuerpo. Pero se puede reactivar más tarde en la vida y causar culebrilla.

La mayoría de las personas que presentan culebrilla tienen un solo episodio en la vida. Sin embargo, pueden tener culebrilla más de una vez.

Ambas cosas podrían estar ocurriendo con algunas personas luego de recibir la vacuna de Pfizer contra covid: primeros episodios o episodios recurrentes de herpes zóster.

Un estudio observacional publicado en la revista Rheumatology monitoreó la reacción a la vacuna de Pfizer en 590 pacientes, de los cuales 491 tenían alguna enfermedad autoinmune. Los 99 restantes fueron parte del grupo llamado de control, sin afecciones autoinmunes. Todos estaban siendo atendidos en departamentos de reumatología de hospitales en Israel. 

El análisis  reveló que seis mujeres desarrollaron culebrilla luego de recibir la vacuna de Pfizer, cinco de ellas después de la primera dosis, y una después de la segunda.

Las cinco mujeres que tuvieron culebrilla luego de la primera dosis completaron el tratamiento antiviral y recibieron la segunda dosis de la vacuna, sin ningún efecto adverso.

Cada una sufrió una forma leve de la reactivación del herpes zóster, y una de ellas experimentó un brote de la artritis que afecto varias articulaciones. Pero no tuvieron secuelas.

Las mujeres tienen entre 36 y 61 años. Una sola estaba vacunada contra la culebrilla.

Un análisis de febrero ya había alertado sobre esta posible asociación entre la vacuna de covid y la reactivación del herpes zóster. Se reportó como una carta al editor en el Journal of Cosmetic Dermatology.

En este caso, un hombre de 78 años de Turquía con antecedentes de enfermedad cardiovascular presentó reactivación de la culebrilla luego de recibir la vacuna contra covid (aunque no se específico cual vacuna pero sí que era una que utiliza ARNm).

Antes, en junio de 2020, cuando el coronavirus se estaba expandiendo en todo el mundo, científicos italianos también documentaron casos de herpes zóster en pacientes con covid, esto antes de que hubiera vacunas en el mercado.

Y no se registraron casos durante los ensayos clínicos de las vacunas contra covid seguramente porque no se reclutaron voluntarios con este tipo de afecciones.

Es habitual que ciertos efectos secundarios nuevos, que no aparecieron durante las tres fases de los ensayos clínicos, aparezcan cuando las vacunas se empiezan a aplicar masivamente, en la población general.

Por qué se puede reactivar la culebrilla

Es la gran pregunta que se está haciendo la comunidad científica. 

Aunque no hay conclusiones definitivas, los científicos de la Universidad de Tel Aviv, en Israel, que supervisaron el análisis de los seis casos explicaron que naturalmente, las personas con sistemas inmunes debilitados son más proclives a presentar herpes zóster, porque el virus se "aprovecha" de la debilidad que genera la afección.

En cuanto al vínculo entre la vacuna contra covid y la reactivación de la culebrilla puede estar relacionado con cierta estimulación de la inmunidad innata, que "moviliza" al virus latente.

Sin embargo, aunque dicen que hacen falta más análisis para estudiar si hay un vínculo de causalidad entre covid y la culebrilla, los científicos enfatizaron que el número de casos de herpes zóster post vacuna han sido muy pocos, en comparación con los millones ya inmunizados, que en Israel, en donde se registraron estos casos, ya es casi toda la población del país.

Cómo actúa una vacuna de ARNm

Las vacunas de ARNm contra covid-19 (Pfizer y Moderna) se administran en el músculo de la parte superior del brazo. 

Una vez que las instrucciones que porta el ARN de la vacuna están dentro de las células inmunitarias, estas células las usan para fabricar un trozo de proteína. Una vez hecha la pieza de proteína, la célula descompone las instrucciones y se deshace de ellas.

Las células del brazo usan este plano para producir fragmentos inofensivos del coronavirus, lo que hace que el sistema inmune produzca anticuerpos y otras defensas personalizadas en caso de que la persona se exponga al virus real.

Al final del proceso, que dura unas dos semanas luego de la segunda dosis, el organismo ya ha aprendido a protegerse contra futuras infecciones. 

El beneficio de las vacunas de ARNm, como todas las vacunas, es que los vacunados obtienen esta protección sin tener que arriesgarse a las graves consecuencias de enfermarse con covid-19.

Qué es el herpes zóster

El herpes zoster, conocido popularmente como culebrilla, es una infección viral que ocurre con la reactivación del virus varicela-zóster. 

Se manifiesta como una dolorosa erupción en la piel. Los síntomas de la culebrilla suelen comenzar con dolor alrededor del área afectada, seguido por dos o tres días en los que comienza a aparecer una erupción rosada.

El sarpullido consiste en ampollas que generalmente se forman en 7 a 10 días y desaparecen por completo en 2 a 4 semanas, indican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Cuando la culebrilla se presenta en la cara, puede afectar el ojo y causar pérdida de la visión. En casos muy raros (generalmente, en personas con el sistema inmunitario muy debilitado), el sarpullido se extiende por todo el cuerpo y tiene una apariencia muy similar al de la varicela.

Casi una de cada 3 personas en los Estados Unidos presentará culebrilla en algún momento de su vida. Se estima que en el país se diagnostican un millón de casos cada año. 

A cualquier persona que se haya recuperado de la varicela le puede dar culebrilla, incluso los niños pueden contraerla. Sin embargo, el riesgo de contraer culebrilla aumenta a medida que se envejece.

Algunas personas tienen mayor riesgo de contraer culebrilla. Esto incluye a quienes:

  • tienen una afección que no permite que su sistema inmunitario funcione de manera adecuada como ciertos cánceres —tales como leucemia o linfoma— y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), y
  • reciben medicamentos inmunodepresores como esteroides y fármacos que se administran después de un trasplante de órganos.

Si la persona tiene culebrilla, el contacto directo con las secreciones de las ampollas del sarpullido puede propagar el virus a las personas que nunca han tenido varicela o que nunca recibieron la vacuna contra la varicela. Si se infectan, presentarán varicela y no culebrilla. Luego podrían llegar a tener culebrilla más adelante en la vida.

El riesgo de propagar el virus a otras personas es bajo si se cubre el sarpullido de la culebrilla. Las personas con culebrilla no pueden propagar el virus antes de que aparezcan las ampollas del sarpullido o después de que se formen costras en el sarpullido.

Varios medicamentos antivirales —aciclovir, valaciclovir y famciclovir— se pueden usar para tratar la culebrilla y para reducir la duración y la gravedad de la enfermedad. Estos medicamentos son más eficaces si la persona comienza a tomarlos lo más antes posible después de que aparece el sarpullido. Si crees que tienes culebrilla, comunícate con tu proveedor de atención médica lo antes posible para hablar del tratamiento.

Los medicamentos para el dolor, que se venden con o sin receta, pueden ayudar a aliviar el dolor que causa la culebrilla. Las compresas húmedas, la loción de calamina y los baños a base de avena coloidal (en los que se usa una mezcla de agua tibia con avena molida) pueden ayudar a aliviar la picazón.

Se desconoce por qué el virus de la varicela permanece latente por años y, de repente, puede reactivarse.

El herpes zóster no es creado por el mismo virus que causa el herpes genital, que es una enfermedad de transmisión sexual.

Fuentes: estudios científicos, CDC, MedPage, The Philadelphia Inquirer.