Tras la crisis de opioides ¿se vienen la del Valium y Xanax?

EE. UU. es muy consciente de la crisis de opioides, pero hay una crisis oculta en ciernes de sedantes recetados como Xanax y Valium, advierte una nueva revisión.

Las sobredosis en que están implicados estos medicamentos, conocidos como benzodiacepinas, han aumentado de forma exponencial a lo largo de la última década, de la mano de un crecimiento constante en las recetas de esos fármacos, encontraron los autores de la revisión.

Tras la crisis de opioides ¿se vienen la del Valium y Xanax?
| Foto: ISTOCK

El uso de esos medicamentos se ha vuelto demasiado casual en la sociedad moderna, planteó la autora de la revisión, la Dra. Anne Lembke, profesora asociada de psiquiatría y ciencias conductuales en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford.

"Son medicamentos altamente adictivos y potencialmente letales, y muchas personas no lo saben", comentó Lembke. "Lamentablemente, la mayoría de los médicos tampoco son conscientes de ello, y los recetan a la ligera sin educar a los pacientes sobre el riesgo de adicción".

¿Exceso de recetas médicas?

Las benzodiacepinas se recetan para tratar una variedad de afecciones, que incluyen la ansiedad, el insomnio y las convulsiones.

Las recetas de benzodiacepinas aumentaron en un 67 por ciento entre 1996 y 2013, de 8.1 a 13.5 millones. Las cantidades de medicamentos obtenidas mediante esas recetas se multiplicaron por más de tres en el mismo periodo, dijeron los investigadores.

Como resultado, hay más personas que se hacen adictas a las benzodiacepinas y son víctimas de sobredosis. Las sobredosis en que estaban implicados esos fármacos se multiplicaron por siete de 1999 a 2015, de 1,135 a 8,791 fallecimientos.

"Igual que con los opioides, las personas sobreestiman los beneficios y subestiman los riesgos de las benzodiacepinas", dijo Lembke. "Son efectivas para un ataque de pánico o un insomnio grave, pero cuando se toman a diario a largo plazo, la gente desarrolla tolerancia y dependencia. Dejan de funcionar, y pueden incluso empeorar la ansiedad y el insomnio".

Pueden llevar a la muerte

En muchas muertes por sobredosis se trataba de personas que tomaron una benzodiacepina con otra sustancia, como opioides o alcohol, añadieron los autores de la revisión.

A pesar de esto, las tasas de emisión de recetas de benzodiacepinas con opioides casi se han duplicado, al pasar de un 9 por ciento en 2001 a un 17 por ciento en 2013, encontró el estudio.

La revisión aparece en la edición del 22 de febrero de la revista New England Journal of Medicine.

Un experto afirmó que la tendencia augura problemas. "Es importante reconocer los riesgos implicados en el uso excesivo y el mal uso de las benzodiacepinas, sobre todo cuando se combinan con otros fármacos o alcohol", dijo Bruce Goldman, director de servicios de abuso de sustancias en el Hospital Zucker Hillside en Glen Oaks, Nueva York.

"Aunque hemos aprendido que hay tratamientos más efectivos para la ansiedad crónica que el uso a largo plazo de las benzodiacepinas, muchas personas son dependientes de ellas hace años", dijo Goldman.

Lo mejor es utilizar las benzodiacepinas de forma intermitente, dijo Lembke, no más de un par de veces por semana. El uso más frecuente se debe limitar a una duración muy corta, de no más de dos a cuatro semanas.

"Si usted depende de las benzodiacepinas para pasar el día, debe pensar muy seriamente en dejarlas", añadió Lembke.

Otras señales de advertencia de la adicción incluyen la necesidad de dosis crecientes para obtener el mismo efecto, o recurrir a la táctica de visitar varios médicos para mantener unas existencias constantes del fármaco, explicó.

"Son señales muy preocupantes porque indican que se ha desarrollado una tolerancia y se invierte mucho tiempo y esfuerzo en vencer esa tolerancia", dijo Lembke. "Esencialmente, no se toman para ayudar con el sueño o la ansiedad, sino para tratar la abstinencia de la última pastilla que se tomó".

Algunos usuarios compran ahora formas sintéticas altamente potentes de las benzodiacepinas en internet, lo que también aumenta el riesgo de sobredosis, advirtió.

Lembke cree que los reguladores y la comunidad médica deben restringir el uso de las benzodiacepinas mediante los métodos que se utilizan ahora para combatir la epidemia de opioides.

Lo que se puede hacer

Por ejemplo, se debe requerir que los proveedores de atención de la salud revisen una base de datos de recetas antes de emitir una receta de una benzodiacepina, para asegurarse de que el paciente no sea un adicto ni esté usando mal el fármaco en combinación con otras sustancias, sugirió.

Los médicos también deben requerir análisis de orina para asegurar que las benzodiacepinas se estén tomando según las indicaciones, y no en combinación con otros medicamentos o drogas, dijo Lembke.

Los médicos también pueden ayudar al describir con claridad los peligros potenciales del uso de las benzodiacepinas, indicó el Dr. Karan Johar, médico de gestión del dolor en el Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York.

"Debe haber un nivel de precaución", planteó Johar. "Yo mismo y otros médicos del dolor certificados por la junta en general damos a los pacientes un contrato de consentimiento informado para el tratamiento", que describe el potencial de adicción.

Lembke anotó que las personas preocupadas sobre su uso de benzodiacepinas no deben dejar de usarlas de repente y sin ayuda, porque podrían sufrir síntomas de abstinencia.

"La abstinencia de las benzodiacepinas es potencialmente letal", señaló. "Si las ha tomado durante mucho tiempo, es importante trabajar con un profesional médico para dejarlas gradualmente de forma segura".

Más información

Los American Addiction Centers ofrecen más información sobre la adicción a las benzodiacepinas.

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