En casa de herrero, cuchillo de palo, dice un refrán popular. Y esto es lo que piensan muchos hombres y mujeres que lidian a diario la batalla contra el sobrepeso y la obesidad cuando al entrar al consultorio se encuentran con un médico que también, como ellos, tiene varias libras de más.
O cuando van a un gimnasio y el propietario en lugar de músculos en el abdomen, ostenta una “barriga de cerveza”. Entonces surge la inevitable pregunta, ¿se le puede creer a un médico obeso que da consejos sobre dieta o a un entrenador personal que cuando levanta los brazos deja ver sus rollitos?
Puntos clave
Esta misma pregunta se hicieron los investigadores de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg , que publicaron recientemente el estudio “Impacto del IMC de los médicos en el tratamiento de la obesidad”, en el que analizaron si el peso de los médicos influye en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes obesos.
Los investigadores examinaron el impacto del IMC (sigla que significa “índice de masa corporal”) de los médicos que trabajan en programas para tratar la obesidad y encontraron que los profesionales con un IMC normal tenían más predisposición para comprometer a sus pacientes obesos en conversaciones acerca de la pérdida de peso y para diagnosticarlos, que los médicos obesos.
Mientras que el 30 por ciento de los médicos que tienen un peso saludable animan a sus pacientes a hablar sobre el problema de la obesidad y el sobrepeso, sólo el 18 por ciento de los médicos obesos encara esa discusión.
El estudio fue publicado en la edición de enero de “Obesidad” (“Obesity”, su nombre en inglés) y tuvo el apoyo del Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre, y de la Administración de Recursos de Salud y Servicios.
“Nuestros hallazgos indican que los médicos con un IMC normal reportan con mayor frecuencia haber conversado con sus pacientes sobre la pérdida de peso, que los médicos con sobrepeso u obesidad. Los médicos con IMC normal tienen gran confianza en sus habilidades para proporcionar asesoramiento sobre dieta y ejercicio y perciben que sus consejos para controlar el peso son dignos de confianza cuando se los compara con los médicos obesos o con sobrepeso”, comentó la Dra. Sara Bleich, autora responsable del estudio y profesora auxiliar del Departamento de Política de Salud y Dirección de la Escuela Bloomberg.
Más peso, más medicación
Otro de los hallazgos que sorprendieron a los investigadores fue que, curiosamente, los médicos obesos tienen gran confianza al prescribir medicación para perder peso.
Sin embargo, la Academia de Nutrición y Dieta (ex Asociación Dietética Americana) lo primero que recomienda a una persona que quiere bajar de peso es cambiar de hábitos de alimentación e incorporar actividad física. En su comunicado “Come bien en 2012”, la institución propone que las personas que quieren bajar de peso establezcan un plan que sea mensurable, factible, gratificante y que permita hacer un seguimiento.
La investigación se realizó a nivel nacional, en los Estados Unidos, y constó de un sondeo nacional de 500 médicos de cuidados primarios. Los médicos que reportaron una IMC inferior a 25 kg/m2 fueron considerados con un peso “normal”, mientras que aquellos que reportaron un IMC de 25 kg/m2 o más fueron considerados con sobrepeso o obesos.
No obstante, según los autores del estudio, todavía hace falta más estudios sobre el tema.