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Los hijos adultos son mucho más propensos a estar distanciados de papá que de mamá

MARTES, 20 de diciembre de 2022 (HealthDay News) -- Muchos adultos jóvenes de EE. UU. se distancian de sus padres, al menos temporalmente, y el vínculo entre papá/hijo presenta una fragilidad particular.

Estos están entre los hallazgos de un nuevo estudio nacional que monitorizó a miles de relaciones entre padres e hijos desde la década de los 90 hasta los últimos años.

Los investigadores encontraron que una cuarta parte de los adultos jóvenes estaban distanciados de sus papás en algún momento, cuatro veces más que los que reportaron haber roto los vínculos con sus mamás.

Con frecuencia, estas relaciones se recuperaron hacer cierto punto, pero era menos probable que hubiera una reconciliación con los papás: de los adultos que se distanciaron de su mamá en algún momento, un 81 por ciento volvieron a retomar el contacto, en comparación con un 69 por ciento de los que se distanciaron de sus papás.

Uno de los mensajes del hallazgo es que el distanciamiento familiar es común, y que no es una señal de fracaso, según los investigadores.

"Hay mucha vergüenza y silencio alrededor del distanciamiento familiar, pero, en mi opinión, el distanciamiento no es inherentemente bueno o malo", comentó Rin Reczek, profesora de sociología de la Universidad Estatal de Ohio.

Reczek comentó que lo más frecuente es que sea el hijo adulto el que rompa los vínculos, en lugar del padre. Y podría haber muchos motivos.

"A medida que los hijos crecen, comienzan a tomar decisiones respecto a su propia independencia, y a veces esto incluye distanciarse o reducir el contacto de forma significativa con los padres para poder sanar", señaló Reczek.

En otros casos, alguien se desvincula porque la relación ha comenzado a "agriarse" y a hacer daño.

"Espero que las personas entiendan que el distanciamiento es bastante común en EE. UU., sobre todo entre los hijos adultos y sus papás", dijo Reczek. "Y el final de una relación, incluso con un padre o un hijo, no es un fracaso moral, sino un evento relativamente usual".

Los hallazgos, que se publicaron en una edición reciente de la revista Journal of Marriage and Family, se basan en dos estudios nacionales. Uno incluyó a estadounidenses que tenían de 14 a 22 años en 1979, y que fueron entrevistados con regularidad hasta 2018. El otro estudio incluyó a los hijos de algunos de esos participantes, a quienes se entrevistó con regularidad entre 1994 y 2018.

Esto dio al equipo de Reczek años de datos sobre más de 8,000 parejas de mamás e hijos y de un número similar de parejas de papás e hijos.

En total, un 26 por ciento de los hijos adultos reportaron algún periodo de distanciamiento de su papá, mientras que un 6 por ciento se distanciaron de su mamá, en general desde principios o mediados de la veintena.

Hubo diferencias según la demografía. Por ejemplo, los jóvenes adultos negros eran menos propensos que los adultos blancos a cortar vínculos con su mamá, pero era más probable que se distanciaran de su papá.

La sexualidad también fue un factor, pero solo en las relaciones entre papá e hijo. Los adultos lesbianas, gais y bisexuales eran más propensos a estar distanciados de su papá, frente a las personas heterosexuales, pero no de su mamá. Esto concuerda con investigaciones anteriores, que mostraron que los papás pueden reaccionar con una mayor homofobia cuando sus hijos "salen del armario".

Lo que no está claro es si el distanciamiento entre los padres y los hijos es un fenómeno reciente. Ha habido muchos estudios sobre el tema más o menos en la última década, pero no hay datos buenos de hace años para usarlos como comparación.

Sin embargo, ha habido cambios sociales que podrían aumentar las probabilidades de distanciamiento familiar, según Joshua Coleman, psicólogo del área de la Bahía de San Francisco y miembro sénior del Consejo de Familias Contemporáneas.

Apuntó al divorcio, que puede ser un importante factor en el distanciamiento del papá. Cuando un papá vuelve a casarse y se enfoca en la "nueva" familia, por ejemplo, los hijos del primer matrimonio pueden ser, o sentirse, abandonados.

Pero igual que lo que sucede con el divorcio, "no hay un solo camino hacia el distanciamiento", enfatizó Coleman, que también es autor del libro "Rules of Estrangement".

Los hijos adultos, apuntó, podrían romper los vínculos porque fueron víctimas de abuso, debido a la enfermedad mental o abuso de sustancias (de ellos mismo o de los padres), o porque ellos y sus padres han discrepado respecto a los valores y las creencias básicas.

Coleman apuntó a una situación más común: a los padres no les cae bien el cónyuge o pareja de su hijo (o viceversa), y alguien decide cortar los vínculos.

Estas rupturas podrían ser menos probables, o menos duraderas, con las mamás por una variedad de motivos, según Coleman. Se trata de una generalización, reconoció, pero las mamás son más propensas a empatizar con sus hijos y a seguir desarrollando la relación que los papás.

La sociedad también presiona más a las mamás, anotó Coleman. Se espera que sean las protectoras de la familia y, por extensión, se enfrentan a más juicios cuando hay conflictos en las familias.

Si el distanciamiento es más común hoy en día, esto plantea cierta ironía. En comparación con las generaciones anteriores, señaló Coleman, los estadounidenses están más interesados que nunca en ser "buenos padres", y recurren a libros y a sitios web en búsqueda de consejos sobre cómo criar unos hijos felices y equilibrados.

Pero esto también significa que los hijos adultos de hoy en día podrían tener unas mayores expectativas de sus padres como proveedores de respaldo emocional, y no solo de comida y techo. En algunos casos, dijo Coleman, los padres podrían desarrollar un estilo de crianza tan "intensivo y ansioso" que sus hijos adultos sienten la necesidad de separarse de ellos.

En su experiencia clínica, Coleman ha encontrado que con frecuencia los padres se quedan confundidos cuando sus hijos rompen vínculos, con la tónica de "yo fui un mejor padre de lo que mis padres fueron para mí".

Como el nuevo estudio sugiere, con frecuencia el distanciamiento es temporal. Pero Reczek apuntó que esto no necesariamente significa que todo esté bien.

Esta reconexión podría ser motivada por cosas como una enfermedad en la familia, que los hijos adultos necesiten ayuda económica, o la vergüenza por el distanciamiento, aclaró Reczek. Entonces, quizá todavía haya tensión y conflicto.

Reczek planteó que se necesita más investigación para comprender mejor los motivos subyacentes del "acercamiento".

Para que cualquier reconexión familiar sea saludable, Coleman enfatizó que un ingrediente clave es la empatía, es decir, intentar comprender el punto de vista de la otra persona.

"Enfocarse en quién tiene la razón y quién se equivoca no lleva a ningún sitio", añadió.

Más información

AARP ofrece consejos sobre cómo ser padre de hijos adultos.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Rin Reczek, PhD, professor, sociology, Ohio State University, Columbus; Joshua Coleman, PhD, clinical psychologist, senior fellow, Council on Contemporary Families, Austin, Texas; Journal of Marriage and Family, Dec. 1, 2022, online