Alimentos procesados: una amenaza para nuestro peso

Hace mucho que los investigadores creen que la epidemia de obesidad se relaciona, al menos en parte, con la proliferación de alimentos altamente procesados. Ahora, una nueva investigación sugiere que la conexión es real.

En un estudio muy controlado, los científicos encontraron que las personas comieron muchas más calorías, y aumentaron algo de peso, cuando pasaron dos semanas en una dieta altamente procesada, en comparación con cuando comieron una dieta rica en alimentos enteros.

Alimentos procesados: una amenaza para nuestro peso
| Foto: ISTOCK

Y el factor obvio, que los alimentos procesados contuvieran más azúcar y grasa, no lo explicó del todo.

Ambas dietas se diseñaron para ofrecer la misma cantidad de calorías diarias, y cantidades similares de azúcar, grasa, carbohidratos y fibra en total.

Pero durante las dos semanas en que comieron alimentos sobre todo procesados, los voluntarios del estudio eligieron comer más: 500 calorías adicionales al día, en promedio. También aumentaron unas dos libras (casi un kilo), mientras que perdieron esa cantidad en las dos semanas con la dieta mínimamente procesada.

"Me sorprendió mucho", aseguró el investigador principal, Kevin Hall, del Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales de EE. UU.

"Hubiera pensado que no veríamos tanto efecto con los alimentos procesados en sí, porque emparejamos las dietas respecto a las calorías y otros componentes", explicó Hall.

¿Qué explica el consumo de calorías adicionales? Hall apuntó que solo podía especular.

Una teoría se relaciona con la forma en que las personas comían: cuando llevaban la dieta altamente procesada, comían con una mayor rapidez.

Siempre que la gente engulle la comida, explicó Hall, el estómago tiene menos tiempo para informar al cerebro que está lleno, haciendo que comer en exceso resulte más fácil.

También dijo que, para ofrecer suficiente fibra, la dieta procesada incluía bebidas con complementos. Y como un líquido quizá no resulte tan satisfactorio como la comida sólida, eso podría haber variado la ingesta calórica general de las personas.

Whitney Linsenmeyer, dietista registrada y vocera de la Academia de Nutrición y Dietética (Academy of Nutrition and Dietetics), se mostró de acuerdo en que una mayor velocidad al comer podría ser una explicación de los resultados.

De hecho, comer con una mayor lentitud es una estrategia para perder peso, anotó Linsenmeyer, que también es profesora de nutrición en la Universidad de Saint Louis.

Al observar las dietas, dijo que es fácil ver cómo la comida mínimamente procesada requeriría más tiempo y esfuerzo para masticar.

Linsenmeyer apuntó a otra explicación posible. Aunque las dietas tenían la misma cantidad total de azúcar, la procesada tenía más azúcares añadidos.

¿Cuál era la diferencia en los menús diarios? Ninguna de las dietas siguió una moda, como ser baja en carbohidratos, baja en grasa o rica en proteína. La diferencia principal fue en el nivel de procesamiento de la comida.

Un desayuno procesado típico incluía un bol de cereal para desayuno endulzado y un panecillo empacado con margarina; o un panecillo inglés con huevo, tocineta y queso procesado, más bolitas de papa empaquetadas. El desayuno de la dieta mínimamente procesada incluía yogurt griego o avena con fruta fresca y frutos secos; o huevos con croquetas de papa hechas con papas frescas.

La cena de la dieta procesada incluía cosas como ravioli empaquetado con queso procesado y pan blanco; o chile con carne enlatado con chips de tortillas y salsa comprados en tienda. La cena del menú mínimamente procesado incluía cosas como carne de res, cebada integral, y muchas frutas y verduras.

Los 20 participantes del estudio vivieron en un laboratorio durante un mes, y pasaron dos semanas en cada dieta. Se les permitía comer tanto de la comida ofrecida como quisieran; simplemente comieron más cuando siguieron la dieta procesada.

Hall anotó que hay muchas dietas populares para perder peso que demonizan nutrientes o alimentos particulares. "Pero una cosa que todas tienen en común es que limitan los alimentos procesados", aseguró.

El estudio no prueba que ese sea el motivo por el que las personas quizá pierdan peso en las dietas, enfatizó Hall. Pero da en qué pensar, dijo.

Linsenmeyer subrayó un punto: comer de forma saludable no se limita a los nutrientes. "También se trata de comer la comida que cocinamos, no lo que permitimos que los fabricantes de comida nos preparen".

Pero tanto Linsenmeyer como Hall reconocieron que muchas personas carecen del tiempo, el dinero y las habilidades para eliminar los alimentos procesados de sus vidas.

"Simplemente decirles a las personas que coman de forma más saludable quizá no sea suficiente si no mejoramos el acceso a los alimentos saludables", añadió Hall.

El estudio aparece en la edición en línea del 16 de mayo de la revista Cell Metabolism.

Más información

La Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) ofrece más información sobre la comida procesada.

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