La hipertensión en los 50 prepara el terreno para la demencia

Una presión arterial elevada en la cincuentena podría aumentar el riesgo de desarrollar demencia a una edad más avanzada, encontró un nuevo estudio europeo.

Las personas con una presión arterial sistólica de 130 o más a los 50 años de edad tenían un 45 por ciento más de probabilidades de sufrir de demencia que las personas con una presión arterial más baja a la misma edad, reportaron los investigadores.

La hipertensión en los 50 prepara el terreno para la demencia
Los médicos deben abordar ese control de la presión arterial con guante de seda

Eso significa que la presión arterial que se considera que está en el extremo alto de lo "normal" podría en realidad provocar daños a largo plazo en el cerebro, señaló la autora del estudio, Jessica Abell, becaria de investigación postdoctoral en el Instituto Nacional Francés de Investigación de la Salud y Médica, en París.

"Hay muchas evidencias que sugieren que mantener una presión arterial sana en la mediana edad es importante tanto para el corazón como para el cerebro a una edad más avanzada", enfatizó Abell.

Pero el estudio solo mostró una asociación entre la hipertensión y el riesgo de demencia, no probó causalidad.

Hasta hace poco, una presión arterial sistólica de 140 se había considerado el nivel al que comenzaba la hipertensión, o presión arterial alta. De hecho, esa sigue siendo la directriz en Europa, anotó Abell.

Pero unas importantes organizaciones estadounidenses de salud cardiaca redujeron el umbral de la hipertensión a 130 en 2017, basándose en evidencias médicas que mostraban que las personas con una presión arterial en el rango de 130 a 139 tenían el doble de riesgo de ataque cardiaco, accidente cerebrovascular (ACV), insuficiencia cardiaca e insuficiencia renal.

El nuevo umbral de EE. UU. podría ayudar a proteger los cerebros de las personas de mediana edad, dijo Abell.

Abell, que también es asociada de investigación en demencia y epidemiología en el Colegio Universitario de Londres, y su equipo, siguieron la presión arterial y la salud cerebral de más de 8,600 funcionarios públicos británicos a partir de 1985. Los investigadores se enfocaron específicamente en la asociación entre la presión arterial y el riesgo de demencia a los 50, los 60 y los 70 años de edad.

Encontraron que las personas de 50 años de edad tenían un mayor riesgo de demencia más adelante en la vida si su presión arterial sistólica superaba los 130.

La presión sistólica es la presión en los vasos sanguíneos durante un latido del corazón. Es el primer número en una lectura de la presión arterial.

Según Abell, los hallazgos no mostraron un aumento en el riesgo a los 60 o 70 años.

La hipertensión se ha vinculado con los mini ACV silentes en el cerebro, el daño en la materia blanca del cerebro, y una restricción del riego sanguíneo en el cerebro, explicó.

Los investigadores "observaron un aumento en el riesgo de demencia entre los que habían estado expuestos durante más tiempo", apuntó Abell. "Nuestro análisis sugiere que la importancia de la hipertensión en la mediana edad para la salud del cerebro se debe a la duración de la exposición".

Heather Snyder, directora principal de operaciones médicas y científicas de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association), comentó que el nuevo estudio respalda lo que ya se sabe sobre el vínculo entre la salud del corazón y la salud del cerebro.

"En el campo, en este momento de verdad estamos pensando sober cómo traducir esto para ayudar a las personas a mantener o mejorar la función cognitiva [mental] mientras envejecen, y posiblemente a prevenir la demencia", dijo Snyder.

Pero el Dr. Sam Gandy, director del centro de Salud Cognitiva y Atención Neurológica de la NFL de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York, dijo que quizá haya un punto en la vida de una persona en que sea demasiado tarde como para utilizar la hipertensión como medio de evitar la demencia.

El hecho de que no se encontrara un aumento en el riesgo en las personas a los 60 y los 70 en este estudio es coherente con un trabajo publicado el año pasado que mostró que la hipertensión a una edad avanzada puede en realidad proteger de la demencia, anotó Gandy.

La hipertensión grave en las personas mayores se debe tratar, pero los médicos deben abordar ese control de la presión arterial con guante de seda, dijo Gandy.

"Las personas que llegan a una edad avanzada con una presión arterial limítrofe alta o una hipertensión leve podrían haberse acostumbrado a esa presión arterial ligeramente más alta, y reducir la presión arterial bajo esas circunstancias puede ser en realidad malo para la función cognitiva", indicó Gandy.

"Cuando un cuerpo se acostumbra a unas anomalías metabólicas leves a lo largo de varias décadas, los médicos no deben apresurarse a intentar devolver los valores de laboratorio al rango normal, porque eso puede hacer más mal que bien", añadió.

El nuevo estudio se publicó el 13 de junio en la revista European Heart Journal.

Más información

La Asociación del Alzheimer ofrece más información sobre la salud del corazón y del cerebro.

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