A grandes amores, grandes cadenas de contagio. El Big Love, un estudio liderado por científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Utah, encontró que cada nuevo nacimiento pone a toda la familia en mayor riesgo de infección con los virus que causan resfriados, gripe y otras enfermedades respiratorias.
Las diferencias halladas fueron sorprendentes. Las personas que viven en hogares sin hijos estuvieron infectadas con virus, un promedio 3 a 4 semanas durante el año. En los hogares con 1 hijo, ese número saltó a 18 semanas, y para los que tienen 6 hijos, había virus en el hogar hasta por 45 semanas al año.
Sin embargo, en promedio, sólo la mitad de los que dieron positivo para infección viral, presentaron los típicos síntomas de tos, fiebre y congestión nasal, sin duda, es un dato importante para las familias y los proveedores de atención médica, señalaron los autores.
El estudio se realizó en Utah, el estado con mayor promedio de hijos por familia, y se examinaron muestras con hisopos de 26 familias con 108 integrantes, que fueron sometidos a pruebas de 16 virus respiratorios diferentes, incluyendo la influenza, el rinovirus y el virus sincitial respiratorio (VSR). Los resultados fueron publicados en la revista Clinical Infectious Diseases.
Cuando se trata de buscar una explicación, todas las señales apuntan a los niños pequeños como los culpables. Los menores de 5 años tenían al menos un virus detectado en su moco nasal, el 50% del tiempo del año: dos veces más que los niños mayores y los adultos. Y cuando se infectaron, fueron 1,5 veces más propensos a tener síntomas, incluidos los graves como sibilancias y fiebre.
Pero ellos no sufrieron solos. Sus padres estuvieron enfermos 1,5 veces más frecuentemente que los adultos de edad similar que no vivían con niños pequeños.
"Este estudio nos ayuda a entender lo que es normal en los niños pequeños, y puede ayudar a determinar cuando la enfermedad debe ser un motivo de preocupación” dijo Carrie Byington, coautora del estudio.
Otros hallazgos interesantes
Una prueba positiva puede no significar que alguien está efectivamente enfermo. Quizás el hallazgo más sorprendente fue la frecuencia con que los participantes que presentaron virus, no mostraron signos de estar enfermos.
Mientras que los participantes del estudio infectados con virus de influenza y parainfluenza estaban enfermos en la mayoría de las veces, los que dieron positivo para el rinovirus -la causa del resfriado común- estaban enfermos sólo la mitad del tiempo.
Esto sugiere que, incluso después de que un paciente se recupera de una enfermedad, algunos virus persisten durante varias semanas después.
Además, si la presencia del virus no siempre se traduce en enfermedad, entonces es lógico pensar que incluso si alguien está enfermo y las pruebas dan positivo para un virus específico, podría haber más de una causa. Por ejemplo, otras bacterias, o un virus raro no detectado por las pruebas convencionales, y los proveedores de salud deben ser conscientes de esta situación, dijeron los investigadores.