El estudio de la Universidad de Kioto analizó el rol del tomate como agente de prevención de la dyslipidemia, que es la acumulación anormal de grasa en la sangre. Cuándo esta acumulación aumenta se está en riesgo de padecer una enfermedad vascular.
Según explica la Biblioteca Nacional de Medicina, la llamada enfermedad vascular define a un grupo amplio de males que afectan los vasos sanguíneos y las arterias como el colesterol alto o la arterioesclerosis, que ponen a la persona al borde de sufrir ataques cardíacos o derrames cerebrales.
Puntos clave
“La dyslipidemia en sí misma no tiene síntomas”, explicó el doctor Teruo Kawada, autor del trabajo. “Sin embargo, está asociada a enfermedades vasculares como la arterioesclerosis y la cirrosis. Para prevenir estas enfermedades es necesario evitar la acumulación de grasas o lípidos en venas y arterias”, agregó.
El componente que hallaron en el tomate tiene un nombre muy difícil, se llama 9-oxo-octadecadienoico. Pero su acción es sencilla y eficaz: mejora la oxidación de ácidos grasos y regula el metabolismo hepático de las grasas, evitando su acumulación en sangre.
“Esto indica que el consumo de tomate permite a las personas controlar la grasa en sangre a través de la dieta diaria”, explicó Kawada.
Antes de este hallazgo, el tomate ya estaba en la lista de los súper alimentos que previenen enfermedades. ¿Por qué? Pues por su alta concentración de sustancias antioxidantes, que contribuyen al rejuvenecimiento celular, así como una interesante concentración de vitaminas A, C y E.
Además, el rojo tomate está formado en un 80 por ciento por pura agua, lo que lo vuelve ideal para mantener el peso. Y posee una sustancia fantástica para el organismo, el licopeno, que, se ha comprobado, previene la aparición de ciertos cánceres, como el de pulmón y el de próstata.
Más para leer:
- Cómo incorporar más frutas y verduras en tu dieta
- Enfermedad de las arterias coronarias
- El ABC del colesterol