Históricamente, Estados Unidos siempre ganó el triste premio de ser el país con mayor índice de obesidad. Pero según un informe de las Naciones Unidas, en 2013 México le arrebató el primer puesto, con un 32.8 % de habitantes con sobrepeso, en comparación con un 31.8% de los estadounidenses. Pero las malas noticias no terminan ahí: de ese total, el 69 % son obesos.
Ante estas noticias, el doctor Enrique C. Morales Villegas, director del Centro de Investigación Cardiometabólica, en Aguascalientes, sostiene que se debería declarar al país en estado de emergencia, y requerir un monitoreo obligatorio a los mayores de 18 años.
Según la última Encuesta Nacional Mexicana de Salud, el 73% de las mujeres, el 69% de los hombres y el 35% de los adolescentes son obesos o tienen sobrepeso. La encuesta revela que también están aumentando los casos de diabetes en hombres, mujeres y niños. Además, el 31% de los mexicanos adultos tiene hipertensión, y un 40% de los habitantes tiene altos niveles de colesterol “malo” o LDL.
Según el reporte de la ONU, las causas de estas cifras alarmantes se deben al sedentarismo, el aumento del poder adquisitivo y una mayor disponibilidad de alimentos poco saludables. Entonces surge la pregunta ¿lo que hace mal es la dieta mexicana o los nuevos hábitos de consumo de los mexicanos?
Morales opina que la dieta mexicana es más peligrosa que la de las cadenas rápidas, ya que es una combinación de frituras, comida chatarra y bebidas azucaradas. Y viene acompañada de “una filosofía de vida basada en el confort, donde se come mucho, se miran 4 horas diarias de televisión, se pasan 2 hors en la computadora y se hacen menos de 10 minutos de actividad física”.
Los investigadores del Instituto de Ciencias Agrícolas de la Universidad de Guanajuato, en México, no coinciden con las apreciaciones de Morales, y sostienen que un almuerzo mexicano tradicional es muy rico en nutrientes y aporta menos de 700 calorías. Y que sin duda es mucho más sano que cualquier menú adquirido en un local de comidas rápidas.
De todos modos, fuentes oficiales sostienen que México ha cambiado paulatinamente su cultura alimentaria: de a poco, se van tentando por lo inmediato y lo poco saludable que proponen los menúes de la modernidad.