Un nuevo estudio confirmó lo que todos sospechaban: que los niños en edad pre-escolar que consumen habitualmente bebidas azucaradas suelen ser más gorditos que los que consumen agua, leche o jugos naturales.
Los investigadores hicieron este hallazgo en niños de entre 2 y 5 años, que demostraron un 43% más de probabilidad de ser obesos en relación con sus pares que consumen bebidas azucaradas solo en forma eventual. Además, el consumo de este tipo de bebidas predispone a ganar más peso que sus pares en los siguientes años de vida.
Puntos clave
Los resultados demuestran que es necesario limitar el consumo de sodas entre los niños pequeños y reemplazarlas por agua, leche o jugos naturales de frutas o verduras.
El investigador Mark DeBoer, pediatra endocrinólogo y líder del estudio realizado por la Universidad de Virginia, en Charlottesville, reconoce que no pueden asegurar que limitar el consumo de sodas prevenga el sobrepeso en estos niños. Pero es seguro que hay otras fuentes de calorías mucho más sanas que las bebidas azucaradas, que no tienen ventajas nutricionales.
A su vez la doctora Anisha Patel, profesora de pediatría de la Universidad de California, en San Francisco, detalla que hay varios factores que determinan la obesidad infantil: la genética, la dieta y la actividad física. Y entre las principales causas de obesidad figura el consumo de bebidas endulzadas.
¿Cuál es el motivo? Tienen buen sabor, bajo precio y mucha promoción, según aclara Patel. Pero una investigación del gobierno demostró que si los niños dejaran de consumir bebidas azucaradas y las reemplazaran por agua, reducirían 235 calorías de su dieta diaria. “Es el equivalente a caminar durante una hora”, informa la experta.
Los datos obtenidos surgen de testimonios de padres de 9,600 niños. Sin embargo, no se tuvo en cuenta la dieta de los menores, que hubiera sido necesario para sacar conclusiones más rotundas.