Se conoce como síndrome doloroso del trocánter mayor, síndrome de dolor trocantéreo, bursitis trocantérica, o trocanteritis al dolor localizado en la zona lateral de la cadera.
Este malestar puede tener lugar durante situaciones comunes, como subir o bajar escaleras, cruzar las piernas, estar de pie durante largos períodos de tiempo o incluso dormir.
Puntos clave
- Al dolor que se localiza en la zona lateral de la cadera, se lo conoce como síndrome doloroso del trocánter mayor, síndrome de dolor trocantéreo o trocanteritis.
- Puede afectar uno o ambos lados de la cadera, y el dolor que produce es capaz de irradiarse a lo largo del lateral de la pierna hasta la rodilla, o a veces incluso hasta el tobillo.
- Se estima que afecta a entre 10 y 20% de la población, y generalmente ocurre en personas de 40 a 60 años, especialmente mujeres.
El trocánter mayor, que da nombre a esta afección, se encuentra localizado en la zona superior del fémur (hueso del muslo) y es la parte más prominente y ancha de la cadera.
El síndrome doloroso del trocánter mayor puede ser bilateral o solo afectar a uno de los lados de la cadera. Se estima que afecta a entre 10 y 20% de la población, y ocurre generalmente en personas de 40 a 60 años, especialmente mujeres. Entre sus diferentes causas se destacan:
- Uso excesivo o tensión de la cadera al hacer ejercicio o estar parado durante largos períodos de tiempo.
- Haber sufrido una lesión en la cadera, por ejemplo, por un choque o caída.
- Tener sobrepeso.
- Tener artritis en la cadera, la rodilla o el pie.
- Tener una pierna que es más larga que la otra.
- Tener problemas dolorosos en el pie, como callosidades, fascitis plantar, juanetes, o talón de Aquiles, entre otros.
- Tener problemas de la columna vertebral, como escoliosis o artritis de la columna vertebral, entre otros.
- Sufrir desbalance muscular, por lo que se ejerce más tensión alrededor de los músculos de la cadera.
- Sufrir desgarro en los músculos de los glúteos
- Infecciones (aunque es raro que esto ocurra).
Al igual que sucede con sus causas, los síntomas del síndrome doloroso del trocánter mayor pueden ser muy variados:
- Dolor en la articulación de la cadera, que también se puede sentir fuera del muslo.
- Dolor inicialmente punzante o intenso, que puede volverse agudo.
- Dificultad para caminar.
- Rigidez articular.
- Inflamación y calor de la articulación de la cadera.
- Sensación de atrapamiento o chasquido.
Además, es posible que se sienta más el dolor cuando se realizan ciertas acciones cotidianas, como levantarse de la silla o cama, estar sentado durante mucho tiempo, subir escaleras o dormir o acostarse sobre el lado afectado.
Cómo dormir si tengo síndrome doloroso del trocánter mayor
La dificultad para dormir que el síndrome doloroso del trocánter mayor produce, es uno de sus aspectos más importantes, dado que un descanso insuficiente dificulta la recuperación. Para evitar el dolor nocturno y dormir correctamente, los especialistas recomiendan optar por diferentes posiciones:
- Acostado de lado con una almohada entre las piernas, dejando la pierna afectada arriba.
- Acostado de lado, pero con las piernas dobladas hacia el pecho, y con una almohada entre ellas.
- Acostado de lado, con una almohada grande detrás para apoyar la espalda baja y mantener la cadera en una posición cómoda.
- Acostado boca arriba una almohada debajo las rodillas.
- Acostado boca arriba con las rodillas dobladas y los pies planos sobre la cama.
- Acostado medio de lado, con la cadera afectada ligeramente flexionada y una almohada debajo de esta.
Evita dormir boca abajo ya que puede agravar el síndrome doloroso del trocánter mayor al forzar la cadera en una posición incómoda.
Importante: La efectividad de estas posiciones dependerá del tipo de dolor que se padece. Lo mejor es consultar a un profesional de la salud para que evalúe el caso y determine cual es la mejor forma de tratarlo.
¿Se puede prevenir el síndrome dolorosos del trocánter mayor?
Aunque muchos casos de síndrome dolorosos del trocánter mayor desaparecen con reposo, un médico puede recomendar diferentes opciones que ayuden a aliviar este problema:
- Usar hielo entre tres y cuatro veces durante los primeros dos o tres días tras la lesión.
- Usar analgésicos para combatir el dolor y la inflamación.
- Evitar estar parado durante períodos prolongados o realizar actividades que pueden empeorar esta afección.
- Usar zapatos cómodos y bien acolchados, sin tacón.
- Bajar de peso, en caso de tener sobrepeso u obesidad.
- Realizar ejercicios para fortalecer y prevenir la atrofia muscular.
En casos más serios se puede recurrir a terapias físicas para facilitar la movilidad articular, extraer líquido de la bursa, inyectar esteroides o intervenir quirúrgicamente para extirpar el tejido lesionado.
Sin embargo, los expertos coinciden en que lo mejor es trabajar en la prevención del síndrome dolorosos del trocánter mayor. Para ello se debe:
- Calentar antes de ejercitarse y estirar correctamente al terminar.
- No aumentar la distancia, intensidad y cantidad de tiempo que te ejercitas, todo al mismo tiempo.
- Evitar correr directamente colina abajo.
- Correr sobre superficies lisas y suaves, como pistas de atletismo, en lugar de superficies duras o irregulares, como el cemento.
- En caso de tener pies planos, usar plantillas especiales y soportes de arco.
También es importante que consultes a tu médico si:
- El dolor es intenso y persistente.
- Sufriste una caída o lesión grave.
- La pierna está deformada.
- Tienes dificultades para pararte.
- El dolor se extiende de la cadera hacia la pierna.
- Tiene dificultades o problemas urinarios o intestinales.
Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, Clínica Mayo, Fundación de la Artritis, Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas.